¿Es un pájaro? ¿Es un avión? ¡Es Súper... López! Es imposible no reconocer de inmediato esta icónica creación del historietista Juan Fernández, más conocido por su seudónimo, Jan. A sus 79 inviernos, este infatigable dibujante y guionista sigue ofreciendo al lector un ritmo de publicación que asegura al menos la presencia de un álbum nuevo cada año. En 2017, de hecho, fueron tres, y este 2018 dos. Uno ya editado y otro de próxima aparición. Junto con el estreno el 23 de noviembre de la película de imagen real, dirigida por el realizador Javier Ruiz Caldera y protagonizada por Dani Rovira, no hay duda de que este es, sin lugar a dudas, el año de Superlópez. Pero, ¿Cuál es el secreto para que tras más de cuatro décadas de andadura cada nueva aventura del personaje sea un superventas?
La trayectoria de este singular personaje tan castizo, de hecho, podría haber sido fugaz. En 1973, el por entonces Editor de Euredit, Antonio Martín, encargó un álbum de tiras cómicas mudas que parodiasen a Superman. Jan, quien nunca se había visto a sí mismo como humorista gráfico, en principio rechazó el encargo. La insistencia de aquel hizo que accediese, y aunque con no demasiadas expectativas, finalmente, realizó el encargo. Motivado por la buena recepción del mismo, Bruguera propuso al dibujante retomar al personaje en 1974. Esta vez sería en forma de historietas autoconclusivas de entre una y dos páginas, al estilo de lo que se hacía en la época con este emblemático sello.
Y es que Jan consideraba que este humor basado en los tópicos manejados por la editorial durante décadas no favorecían a su protagonista, al que veía con un potencial enorme.
Tuvo que llegar la renovación total de la cúpula de Bruguera en 1978 para que Superlópez eclosionara como personaje, fuera ya de los lastres impuestos por la vieja escuela. Ese año, un primer tomo llamado Las aventuras de Superlópez supuso la puesta de largo en formato álbum. Este tomo supondría el inicio de la colaboración con el guionista Fernando Perez Navarro -Efepé-, quien colaboraría con Jan y ayudaría a dar forma a la cosmogonía de Superlópez con álbumes como El Supergrupo o ¡Todos contra uno, uno contra todos!. Aventuras que parodiaban el género superheroico en tono ligero, pero que relegaban al propio Superlópez a un rol muy secundario.
Jan no estaba satisfecho con este enfoque demasiado superheroico, por lo que prescindió de los guiones de Pérez Navarro para su siguiente trabajo, Los alienígenas. Y es realmente cuando Superlópez despega. Temáticas de ciencia ficción como la del citado álbum, de fantasía como el siguiente, El Señor de los chupetes –parodia de El Señor de los anillos- o un canto de amor al séptimo arte con La gran superproducción, aparecen en la serie.
Jan demuestra una versatilidad formidable a la hora de diseñar tramas. Y a diferencia de Efepe, utiliza a su querido personaje como un elemento incisivo de crítica social que se alza como la voz de toda una generación.
Durante cuatro décadas hallará el equilibrio entre el entretenimiento y la denuncia encandenando una aventura memorable detrás de otra. Pocos autores nacionales, quizás ninguno, han mantenido un ritmo tan regular tanto de publicación como de calidad constante como Jan. Siempre comprometido y pegado a la ciudadanía, Superlópez ha sido el altavoz de injusticias y problemáticas sociales.
El sello Bruguera, perteneciente a Penguin Random House, nos da la oportunidad de redescurbir al personaje a través de la edición de El gran libro de Superlópez este noviembre, a través de sus numerosos recopilatorios con material clásico, el ultimo reeditado este mes, o con la edición de cada nueva aventura del personaje, el próximo, Robinson, en octubre. Una auténtica joya atemporal e imprescindible para cualquier comicteca.