El Supremo ratifica la condena a los rumanos que mataron a un pastor

Pilar Muñoz
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El Alto Tribunal da la razón a la Audiencia de Ciudad Real que les condenó a 22 años por el homicidio y asalto a una finca de Cinco Casas en diciembre de 2011

Los acusados durante el juicio en Ciudad Real - Foto: /Fotos Rueda Villaverde

El Tribunal Supremo da la razón a la Audiencia Provincial de Ciudad Real y ratifica la condena de 22 años de cárcel para cada uno de los tres rumanos que asaltaron una finca de la pedanía alcazareña de Cinco Casas y mataron a un pastor en diciembre de 2011.

De este modo, el Alto Tribunal desestima los recursos interpuestos por los encausados Vasile Dumitru, Daniel Petru Voda y Daniel Moise y les considera autores de un delito de robo con violencia imponiéndoles a cada uno cinco años de cárcel, pertenencia a grupo criminal (2 años) y homicidio (15 años).

Los sentenciados argumentaron en sus recursos de casación que se vulneró la presunción de inocencia y tutela judicial efectiva, aduciendo arbitrariedad y falta de motivación interna de la sentencia, error en la apreciación de  la prueba. En resumidas cuentas, adujeron que no formaban parte de un grupo criminal y que la acción no era constitutiva de un delito de homicidio, sino de robo con fuerza en las cosas, por lo que recriminaban la imposición del máximo de las condenas por cada uno de los delitos. Sin embargo, el Supremo ha desestimando todos los puntos argumentado porque juzga que no ha lugar. Ratifica la sentencia de la Audiencia Provincial y condena a los recurrentes al pago de las costas causadas en la tramitación de sus respectivos recursos de casación.

El Supremo estima que la sentencia de la Audiencia Provincial se basa en prueba suficiente y juzga probado que la noche del 2 al 3 de diciembre de 2011, aprovecharon que el vigilante se había alejado de la casa donde dormían los pastores, al observar unas luces en una zona alejada de la finca y así entrar en la casa tras romper con patadas y golpear la puerta, hasta desencajar el marco. Una vez dentro y armados con una horca de hierro y piedras, se dirigieron a la habitación donde dormía el pastor que resultó herido. Segundos después salió al segundo pastor  despertado por el ruido al que apalearon hasta causarle la muerte. Después lo llevaron hasta un sillón y lo colocaron simulando que estaba dormido. Los ladrones y agresores se apoderaron de los teléfonos móviles, un reloj, un taladro y un televisor de plasma.

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