La senda de la victoria es complicada, incluso tortuosa, pero el CD Manchego ha aprendido a apretar los dientes para reencontrarse con el triunfo tras dos derrotas consecutivas ante un Toledo ineficaz, con más intención que buenas maneras, y que se marchó con los bolsillos vacíos de una guerra de trincheras en la que Antonio apeló a la máxima futbolística de la eficacia.

La tensión era evidente desde el primer minuto. Fue un partido de lucha, de entrega excesiva en algunos tramos y de batallas particulares; una lucha que tuvo su punto álgido en el minuto 11 cuando un enfrentamiento entre los jugadores de ambos equipos acababa con Rafa Álvarez en el suelo quejándose de una agresión rival, mientras que los visitantes reclamaron un codazo sobre Cifu. El árbitro, que no se había percatado de la tángana, optó por la solución más salomónica: amarillas a Rafa García y Machuca por protestar.

El Manchego iba a lo suyo: entregó el balón al Toledo y se dispuso a estar ordenado atrás y esperar la oportunidad.  Su mejor acción ofensiva tuvo que esperar hasta la media hora de juego y tuvo que fabricársela Antonio, que evitó a Cifu pero ya no pudo hacer nada ante Pascu cuando se presentaba ante Machuca. En un partido feo, con demasiadas interrupciones en lo que parecía por momentos más un combate entre jugadores, no hubo ni un solo disparo entre los tres palos por ninguna de las dos partes. Lo más cercano del Toledo, un disparo lejano de Álvaro Antón que se marchaba ligeramente desviado.

Con tan pobre rendimiento era lógico que las porterías se mantuviesen a cero. Intentó mostrar algo más el cuadro verde, pero fue incapaz de acercarse con claridad a la meta de Sergio hasta unos minutos finales de primera parte donde los mancheguistas se atrincheraron.

Primer acto para olvidar en un guión marcado por el miedo a recibir un gol. Lo más destacado del Manchego, el debut de Rafa García en las filas locales ante la afición capitalina, encargado de atascar el juego visitante en el centro del campo. Lo consiguió junto a Fernando y Javi Ramiro.

Un partido puede cambiar en una acción completamente aislada. El Manchego aumentó sus posibilidades tras la roja directa que veía Pascu a los cuatro minutos de la reanudación tras una dura entrada a Antonio cuando el atacante intentaba llevarse un balón dividido. Ya desde el primer acto estaba claro que el partido no iba a terminar en equidad. A continuación, gran disparo de Rafa García que obligaba a Machuca a estirarse para despejar a córner. Y en ese saque de esquina saltaban todas las alarmas cuando los jugadores mancheguistas reclamaron de inmediato las asistencias con Rafa Álvarez en el suelo, que se había hecho daño en la caída. Afortunadamente, el central podía reincorporarse sin problemas.

Lo que no había ocurrido en la primera parte se sucedía ahora con celeridad, con un Manchego más incisivo. Incluso el colegiado anuló un tanto a Biho al considerar que se había llevado el balón en la mano en una acción con los centrales toledanos. Y a la contra, al más puro estilo mancheguista, llegaba el 1-0: Rafa García robaba en la defensa y asistía a la galopada de Abraham, fresco tras saltar al campo, para cruzar un pase a Antonio que definía a la perfección. El delantero se reencontraba con el gol y poco después se despedía entre aplausos tras ser sustituido por Marcel.

El Toledo apretó en los minutos finales intentando obtener lo que no habían conseguido en todo el partido, pero los azulones se cerraron bien.  Una falta botada de Álex que se marchó lamiendo el palo izquierdo de Sergio fue simplemente un motivo para el suspense de tres puntos que se quedaron en Ciudad Real.