El secretario general del PSOE de Castilla-La Mancha y candidato a la Presidencia de la Junta de Comunidades, Emiliano García-Page, asistió ayer a la inauguración del monumento a Avellaneda en Argamasilla de Alba con motivo del IV Centenario de la publicación del Quijote de Avellaneda que está celebrando la localidad a lo largo de este año 2014.
Allí se refirió a los momentos de tensiones que se viven en clave internacional y en clave interna, como ocurre en el caso de Cataluña. García-Page apeló a la unidad histórica como así queda reflejado por ejemplo en la placa del monumento recién inaugurado en la que figuran las localidades de la propia Argamasilla de Alba, Tordesillas, Toledo y Tarragona, cuatro poblaciones que jugaron su particular papel en la creación y elaboración del Quijote de Avellaneda, y que para García-Page, «son una buena enseña de lo que es el país».
En este sentido, el dirigente socialista sostuvo que «nadie discute el derecho a nadie hoy en Tarragona a querer escribir la historia que se tenga que contar de otra manera, pero a lo que no tienen derecho es a rescribir la Historia que ha sido la verdadera, una historia del país de la que nos sentimos muy orgullosos».
Un orgullo que reconoció también por la universal obra del Quijote, y por ello, dijo que nada mejor que comprometerse en Argamasilla de Alba con su alcalde, Pedro Ángel Jiménez, para firmar un acuerdo por la promoción turística y cultural con el que desarrollar todo el potencial que posee la simbiosis formada por la localidad y la obra literaria. Para ello dijo que aprovechará todo el potencial y experiencia como alcalde de Toledo para promocionar la localidad ciudadrealeña en la que García-Page tuvo la oportunidad de escribir las primeras palabras de la copia manuscrita que se realiza del capítulo XV del Quijote de Avellaneda, tras ser invitado por Pilar Serrano de Menchén en nombre de la Asociación Académicos de Argamasilla.
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