Lillo asegura que el proyecto del Torreón está «avanzado»

Manuela Lillo
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El concejal de Urbanismo afirma que «incorporará novedades en la zona de galerías» y confía en sacarlo a licitación antes de que finalice la legislatura tras un retraso de un año

Hace prácticamente un año, el 6 de octubre de 2017, la alcaldesa de Ciudad Real, Pilar Zamora, y el concejal de Urbanismo, Alberto Lillo, presentaron el anteproyecto para arreglar y remodelar la zona del arco del Torreón, unos trabajos que iban a estar terminados en el verano de este 2018 y que iban a hacer esta zona del arco paseable, eliminando las actuales vallas que lo rodean y creando una zona de aparcamiento en superficie con capacidad para 66 vehículos. El anteproyecto se sometió a un proceso de participación ciudadana que cuajó en la presentación de modificaciones y de ahí que el área de Urbanismo informe ahora que el proyecto, que está «bastante avanzado», incorporará novedades, principalmente «en la zona de galerías» y fruto del proceso de participación al que fue sometido, afirmó a este diario el concejal de Urbanismo, Alberto Lillo, y sin querer desvelar los principales cambios que acogerá el proyecto definitivo. aunque matizando que irán en la línea de hacer más visibles los restos y fomentar su conservación.

Una vez que esté culminado el proyecto definitivo, el edil del área confía en sacarlo a licitación en esta legislatura, si bien no daría tiempo a la ejecución de unas obras que, en un principio, se presupuestaron entre los 200.000 y los 300.000 euros. Por lo que respecta a la demora que ha sufrido este proyecto que iba a estar finalizado este verano, Lillo lo atribuyó al hecho de que «hay muchas prioridades y proyectos» que se están ejecutando por parte del equipo de Gobierno municipal que, además, los ha redactado con medios propios municipales y con una plantilla en la que ahora se han incorporado cuatro trabajadores al servicio de Arquitectura. «El proyecto está más completo», incidió el edil de Urbanismo en referencia a una obra que pretende poner fin a la situación que presenta esta zona desde el año 2006, cuando se paralizaron las obras de construcción de un aparcamiento subterráneo por el hallazgo de unos restos arqueológicos que Cultura obligó a conservar.

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