Entre la fe y el recelo

Pilar Muñoz
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Los cubanos afincados en Ciudad Real celebran entre la ilusión y escepticismo el inicio de la normalización de las relaciones entre su país y Estados Unidos

Urios (i) y Fis, dos cubanos de altura, celebran el deshilo con gestos de alegría. / - Foto: RUEDA VILLAVERDE

Si las navidades y el fin de año son fechas para renovar esperanzas en un futuro mejor, aún más van a serlo las de este 2014 para los cubanos. Después de más de medio siglo viviendo de espaldas, los dirigentes de Cuba y de Estados Unidos han dicho que ha llegado el momento de mirarse a la cara para empezar a normalizar sus relaciones y poner fin a una situación demasiados años enquistada.

La noticia sobre el fin del bloqueo y el inicio de las relaciones comerciales entre estos dos vecinos, conocida en la tarde del pasado miércoles, ha sido acogida con una mezcla de ilusión y escepticismo por los cubanos que residen entre Ciudad Real.

Entre los optimistas, Julio Fis, exjugador de balonmano y empresario afincado en Ciudad Real hace unos 15 años. Cuenta que recibió con «sorpresa» y «alegría» la noticia que califica de «muy buena», sobre todo para los cubanos, españoles y norteamericanos. «Me puse muy contento» por el horizonte que se abre desde el punto de vista económico, aunque  «el embargo comercial no se va a quitar de un día para otro, todo lleva su tiempo». Nada más conocer la noticia, Fis se puso en contacto con su familia en Cuba para preguntar cómo se había recibido allí. «Me dijeron que la gente está muy contenta porque llevan medio siglo pasándolo mal, muchos no tienen papel higiénico. Cuba está muy preparada desde el punto de vista científico, médico, cultural, pero ha estado aislada». El famoso exjugador de balonmano cree que «se ha abierto una luz al final del túnel, entre Miami y La Habana». Refiere divertido que su familia «hizo una comida especial con amigos para comentar las cosas».

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