Ha cumplido su primer año de vida y la moneda de la zona azul que echó a andar en diciembre del año pasado no ha tenido un rodaje significativo. Apenas han cambiado de mano entre los usuarios del coche, ya que su empleo se ha quedado reducido a los integrantes de la Asociación Local de Comercio, que fue la organización que promovió su puesta en marcha de la mano del Ayuntamiento de la capital. Entonces, se adquirieron 10.000 monedas de la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre con el fin de apoyar al comercio local ante la ampliación de la zona azul a distintas calles de la ciudad.

El presidente de esta asociación, Lorenzo Serrano, explicó que los socios se han quedado «un poco aislados» en la distribución de la moneda de la zona azul y que, aunque «tiene una implantación representativa», no está al nivel que los comerciantes hubieran deseado, dice.

Por esta razón, reconoció a La Tribuna que le hubiera gustado «que hubiese más implicación por parte de las instituciones para poder visitar los comercios e incentivar la llegada de la moneda como un apoyo más al pequeño comercio para luchar contra la zona azul», apuntó en referencia a que, desde el primer momento, la intención de la asociación era extender la moneda al conjunto de los comercios, fueran o no de la asociación, y a otro tipo de establecimientos, como los de la hostelería, para extender su uso a toda la ciudad, algo que, finalmente, no ha cuajado.

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