Los estanqueros ya pueden solicitar la autorización para vender en sus establecimientos productos más allá de los relacionados con el tabaco, el timbre y la papelería. Es la principal novedad de una nueva normativa impulsada por el Gobierno central que abre la puerta a la venta de alcohol y comida envasada. «Hay que presentar una declaración responsable ante el Comisionado para el Mercado de Tabacos», explica el presidente de la Asociación Provincial de Estanqueros, Fernando Bermejo.

No obstante, desde el sector, que apuesta por no dar una imagen de lo que no es un estanco, esta posibilidad se ve con recelo. «Damos un servicio diferenciado», aclara Bermejo rechazando la posibilidad de ampliar la oferta. «No queremos convertirnos en tiendas de conveniencia», pone de manifiesto a La Tribuna. Eso sí, algunos profesionales ven en esta normativa una oportunidad para mejorar la cifra de negocio, tras unos años en los que ha caído el número de fumadores y, por ende, de ventas.

Los datos para el Comisionado para el Mercado de Tabacos, adscrito al Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas, exponen un descenso en las ventas de cigarrillos del 2,3 por ciento hasta el 30 de noviembre, al pasar de los 25,73 millones de cajetillas comercializadas a las 26,34 unidades despachadas en el mismo periodo de 2013. Un desplome que, en términos económicos, se traduce en la provincia en unas pérdidas de 800.000 euros.

Además, esta caída en el consumo no se ha visto compensada por un incremento del tabaco de liar, que registró un 18,8 por ciento menos de ventas en Ciudad Real. Así, si entre enero y noviembre de 2013 los estancos dieron salida a 89.719 kilos de picadura, en lo que va de 2014 han comercializado 72.764. No obstante, el tabaco de pipa ha aumentado su demanda al pasar de 10.221 a 16.776 kilos despachados.

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