El cómic honra a Ibáñez

Efe
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El Salón del tebeo de Barcelona rinde tributo al veterano dibujante de Mortadelo con la exposición 'Feliz cumpleaños'

¿Hay alguien en este país que no sepa quién es Mortadelo? Posiblemente, no, porque Francisco Ibáñez, padre de la criatura, es uno de los autores más prolíficos del cómic o, mejor dicho, del tebeo, un dibujante que ha cumplido 80 años con los lápices en la mano.

Una fecha que el Salón del Cómic de Barcelona, que ayer se inauguró, no podía saltarse. Feliz cumpleaños, Ibáñez da nombre a la exposición, casi «antológica», con 120 originales, con la que el certamen, principal cita del mundo de las viñetas en España, rinde homenaje a un fenómeno de longevidad productiva, un superventas con 61 años de carrera y una ristra de personajes inolvidables a su espalda.

«Estoy muy contento con esta muestra y con el homenaje de mis compañeros», aseguró con su inconfundible gracejo, Francisco Ibáñez (Barcelona, 1936).

Por su parte, el presidente del Salón, Carles Santamaría, aseguró rodeado de los originales del cosmos creado por este autor único que lo leía cuando era niño y «lo sigo leyendo; nunca te cansas».

Porque, junto al transformista Mortadelo, está su inseparable Filemón (dos detectives aparecidos en Pulgarcito en 1958, convertidos luego en agentes de la delirante T.I.A.) o el botones Sacarino (DDT, 1963), el miope Rompetechos (Tío Vivo, 1964) o los chapuceros Pepe Gotera y Otilio (Tío Vivo, 1966).

Todos ellos -y los inconfundibles secundarios: el profesor Bacterio, Ofelia, los pobladores de la 13 Rue del Percebe...- están presentes en estos originales y algunas reproducciones que repasan la trayectoria de Ibáñez, incluido su primer dibujo, con 11 años, un indio que copió de la revista Chicos, que fue publicado en 1947.

Las cifras de la carrera de Ibáñez, que comenzó a trabajar como botones en un banco -empleo del que sacó su Sacarino-, son tan arrolladoras como su personalidad: 100 toneladas de tinta china utilizadas para los 500 álbumes publicados en 14 países, con más de 200 millones de ejemplares vendidos.

Pero el Salón de Barcelona, que abrió sus puertas con largas colas          -y que espera batir los 113.000 visitantes de 2015-, ofrece mucho más, como las 11 exposiciones (nuevos ilustradores, novelas gráficas, Las Meninas de García y Olivares...), entre las que destaca la bautizada Viñetas sobre ruedas sobre la vinculación del cómic con el motor.