Enfermería reivindica su rol para «transformar el mundo» en países pobres

Raquel Santamarta
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Enfermeras para el Mundo acercó ayer las dificultades con las que se encuentran las mujeres cada día para acceder a la atención sanitaria

Tras pedalear por la salud el pasado domingo, el Colegio de Enfermería de Ciudad Real, sede regional de Enfermeras para el Mundo, acogió ayer la jornada ‘Compartiendo realidades. Una mirada hacia la salud de las mujeres en países vulnerables de África y América Latina’ con el objetivo de «acercar las dificultades a las que se enfrentan cada día para acceder a la atención sanitaria». En este sentido, y tras su presentación por parte del presidente de la institución colegial, Carlos Tirado, la directora de la ONG, Encarna Pinto, hizo hincapié en el papel que tiene la profesión en la mejora de su calidad de vida al asegurar que «hay otros mundos, otras realidades en la que la Enfermería puede trabajar para transformarlas». «Es la profesión que está más cerca de la salud de las personas y, al encargarse de los cuidados, pueden identificar los problemas y buscar las soluciones de una manera más ágil», remarcó.

«El hecho de ser madre supone una cuestión de vida o muerte, del mismo modo que la mutilación femenina condiciona su salud», expuso tras relatar la implicación de Enfermeras para el Mundo desde 1996 en países como Ecuador, Bolivia, Perú y Guatemala, Mauritania, Senegal y Marruecos. Amaia Fernández, que durante diez años ha vivido en este último país, centró su intervención en lo que se ha conseguido pero, sobre todo, en lo que queda por hacer. A este respecto, puso de manifiesto que «en África la planificación familiar no está bien vista» y que «en determinados países, aunque está prohibida, la mutilación genital se sigue practicando por una cuestión cultural». «Para las familias es una garantía de que la mujer se puede casar y ella no es rechazada por la comunidad», según matizó.

Con respecto a los Objetivos de Desarrollo del Milenio, Fernández precisó que «al no llegar a cumplirse, pese a los avances conseguidos, se han redactado unos Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que deben ser aplicados en el horizonte de 2030». Hasta la fecha se ha  conseguido reducir la tasa de mortalidad en los menores de cinco años (de 90 a 43 muertes por cada 1.000 nacidos vivos entre 1990 y 2015). Igualmente, la materna se ha recortado en un 45 por ciento a escala mundial y las nuevas tasas de contagio con VIH han disminuido aproximadamente en un 40 por ciento desde 2000.