El presidente del consorcio de Residuos Sólidos Urbanos, Nicasio Peláez, confía en que la planta de reciclaje y compostaje, que se construyó en Almagro en 1996, abra definitivamente sus puertas en 2015 con la inyección de 2,6 millones de euros que esperan recibir de los fondos Feder que proceden, explicó, de «derechos pendientes de cobro» del convenio que se suscribió el año pasado entre la Consejería de Agricultura y el Ministerio de Hacienda por valor de 5,3 millones de euros.

Para Peláez se trata de una cantidad «más que suficiente» para licitar la obra y poner en marcha «cuantos antes» la planta, que cerrada desde hace 18 años estaba planeada para dar servicio a unas 150.000 personas, capacidad que se ha quedado «pequeña», ya que el RSU sirve actualmente a unos 400.000 habitantes, incremento que «hará necesario ampliar los túneles e incorporar dos palas cargadoras para hacer los trabajos de volteo y llenado de los túneles de compostaje antes de que la basura pase por las cintas y se separe». Así, la partida económica irá destinada a las obras de ampliación y «responder a la autorización ambiental integrada» mediante diversas actuaciones.

El presidente de RSU espera  que la situación económica se desbloquee en los próximos días y el comienzo de las obras  sea «inminente» al contar ya con el proyecto y los pliegos diseñados. El objetivo es que la ampliación se empiece a ejecutar en febrero o marzo para que la planta esté funcionando «cuanto antes». De no llegar los 2,6 millones de Europa, el Consorcio está estudiando otras alternativas para alcanzar el objetivo de comenzar el proyecto de ampliación en el periodo marcado.

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