Las fiestas patronales de Alcázar de San Juan llegan hoy a su fin pero parece que lo hacen con un buen sabor de boca, el que dejó la Bizcochá con la que este año se cerraban las degustaciones gastronómicas de la Feria de Día de este municipio. Unas degustaciones que han tenido lugar en la plaza de España, en torno a las que se han reunido más de 30 cuadrillas.  

El postre más típico de los alcazareños, como corresponde a un menú que se precie, fue pues el encargado de poner el broche a estas degustaciones que han contado con versión diurna pero también nocturna a lo largo de los últimos cinco días. Casi una semana gastronómica en l que ha habido tiempo para saborear platos típicos de la cocina manchega en general, y en el particular de la alcazareña, entre los que cabría destacar la zurra, el pipirrana, el machacón y la ensalá de limón, estos a la luz del sol. Porque llegada la noche, la cocina cambiaba de tercio, y dejaba la plaza de España para tomar los  aparcamientos de la plaza de Toros, donde las misma cuadrillas se atrevieron con platos del mundo en la Noche de la Convivencia organizada por Cruz Roja, donde tuvieron especial protagonismo el pisto manchego, los duelos y quebrantos, y la tradicional tortilla de patata. Unas degustaciones que todavía en la noche de ayer reunían a los alcazareños alrededor de una sartén, esta vez para disfrutar de las sempiternas manchegas, en torno a las que se suelen dar cita unas 4.000 personas, tras sumar más de 35 ediciones elaborándose.

La fiesta ayer ya sonaba a despedida, de la mano de  la cuchara, pero también sobre el escenario del recinto infantil del parque Alces, donde tuvo lugar la última obra prevista para los más pequeños, Los últimos vikingos, del mono sin pelo, compañía de la localidad que siempre estrena un montaje  por Feria para los más pequeños de Alcázar.