Alarcos recoge cientos de oraciones materiales

Diego Farto
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Exvotos y trajes de boda se acumulan en la sacristía de la ermita como muestra de la devoción hacia la Virgen y de agradecimiento por los favores recibidos

Un exvoto es una oración materializada en una forma física», afirma el estudioso José González Ortiz, técnico de los museos municipales cuando se le pregunta por el sentido de los objetos depositados en la planta alta de la sacristía de la ermita de Alarcos.

Hace ya dos o tres años que llegó la última ofrenda, pero la recogida habitación separada por una cortina de la hornacina desde la que Santa María de Alarcos mira hacia la nave de su templo tiene toda una esquina atestada de pequeñas figuras de parafina que reproducen distintas partes del cuerpo. Por supuesto, las reproducciones anatómicas no son lo único, también trenzas de pelo femenino, corsés de personas que padecieron alguna lesión de columna, pero también objetos inesperados, desde prendas de ropa a un CD de música que entregó una cantante que participó hace unos años en el Festival de Música Antigua que se celebra en la ermita durante el mes de junio.

Las otras tres esquinas cuarto están ocupadas por una gran cantidad de vestidos de boda, de primera comunión y trajes de cristianar dejados allí con ese mismo sentido de agradecimiento por el favor recibido. En muchos casos, es imposible, a simple vista, asignar una fecha a estas prendas, sus formas hacen pensar en diseños totalmente pasados de moda hace decenios y el tono grisaceo que se ha enseñoreado de los encajes y bordados invita a imaginar las muchas décadas acumuladas.

Más de cerca, tanto los exvotos como los vestidos suelen ir acompañados de una tarjeta, a veces un simple papel en el que una persona expresa su agradecimiento, por una curación, una buena boda o  que un hijo superase un oposición.

En este sentido, González Ortiz insiste en que la entrega de un exvoto, en términos religiosos, «es un agradecimiento por la mediación de la Virgen o del santo que lo recibe ante Dios, que es de quien llega la curación o el favor recibido».

Las fechas. Las figuras de parafina y cera que no son desde luego todas las que se han depositado históricamente en la sacristía, permiten retroceder hasta años como 1968 o 1969, aunque la mayor parte de los que se pueden ver a simple vista corresponde ya a la década de los 90, eso no es óbice para que se aprecien otros más reciente.

González Ortiz explica que la falta de piezas más antiguas obedece a una simple cuestión práctica, «con el calor, la parafina se deforma, de modo que cada cierto tiempo, los santeros retiraban las figuras que estaban ya estropeadas y las fundían para hacer velas».

Origen geográfico. La devoción por la Virgen de Alarcos es amplia, de modo que buena parte de los exvotos depositados en la ermita han llegado, más que de Ciudad Real, de las poblaciones colindantes, como Alcolea de Calatrava, Poblete, Valverde e incluso de Piedrabuena otros municipios aún más alejados.

Pero indudablemente esta es un costumbre en retroceso, González Ortiz, en su papel de estudioso de las costumbres etnográficas apunta que «hoy en día la ofrenda ya no es una figura, lo más normal es llevar un ramo de flores o incluso dinero en metálico para encender unas velas, pero la función en las misma», una muestra de agradecimiento.

A pesar del tiempo transcurrido desde la última vez que una persona llevó un exvoto, todavía es posible hacerlo, basta con dirigirse a la ermita y esperar la llegada del santero, que acompañará al interesado a dejar su ofrenda en el lugar adecuado, sea traje de cristianar, vestido de boda, de primera comunión o exvoto.

De todos modos, hay personas que tardan en materializar sus promesas y así lo reconocen en el mensaje que adjuntan a su ofrenda. Pueden haber transcurrido más de 50 años.