Cuando la barrera clasificatoria que marca las posiciones de descenso se encuentra muy cerca es difícil dejar atrás los nervios y la tensión. Así se presentan CD Ciudad Real y CP Villarrobledo (12 horas. Arbitraje de Gómez-Miguel González), con sufrimiento a sus espaldas tras sumar un punto en las últimas tres jornadas en ambas escuadras. Separados por sólo un punto en la tabla clasificatoria, ganar o perder significaría marcharse a Navidad con una gran dosis de tranquilidad o con el nerviosismo propio de permanecer en los últimos puestos.

El CD Ciudad Real no oculta la importancia del choque. El técnico, Alberto Parras, señala que «hay mucha igualdad en la tabla, y el equipo que gane subirá cuatro o cinco puestos, lo que a nosotros nos serviría para acabar el año con tranquilidad».

Dos derrotas ante Quintanar y Albacete B han dado al traste con la buena racha de resultados en la que el equipo sumó cinco jornadas consecutivas, con la consecuencia añadida de que ante el Villarrobledo Parras vivirá su segundo partido lejos del banquillo al encontrarse sancionado.

El vallisoletano lamenta este hecho debido a que «me gusta estar en el campo corrigiendo e incentivando al equipo, y si falto se nota», subrayó.

Pero la mejor solución no es otra que ganar a un CP Villarrobledo que llega con Tolo Ocaña como nuevo inquilino del banquillo tras la salida de Gabriel Ramón Florit. Parras teme este factor como posible revulsivo, sobre todo, porque «con un entrenador nuevo, la mentalidad es diferente y las ganas de agradar aumentan. Va en contra nuestra», pero sí que añade que «el Villarrobledo no variará mucho la situación táctica de juego. Si están acertados va a ser difícil», advirtió.

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