La unión de Podemos e IU en el 26-J restaría un diputado al PP

R. Chávarri
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La más que posible coalición en el ala izquierda del espectro político español dejaría en sus manos la irrupción por primera vez en la historia de una tercera fuerza política en el Congreso por Ciudad Real

Felipe VI oficializará el próximo martes la disolución de las Cortes y pondrá fin a la que ha sido la legislatura más corta de la historia de la Democracia en España, la undécima. Apenas 135 días habrán pasado desde que los españoles ejercieron su derecho al voto para que vuelvan a quedar convocados otra vez a una nueva cita electoral que dejará, al menos en Ciudad Real, en la parrilla de salida a los mismos candidatos aunque repartidos, quizá, de forma distinta.

En el aire está la cada vez más probable coalición que Podemos e IU presentarían el 26 de junio en toda España y que en la provincia puede abrir la puerta al fin del bipartidismo en el Congreso que se mantuvo con vida tras el 20-D sólo en diez provincias. Aquí, los escaños se repartieron entre PP (tres) y PSOE (dos). Sin embargo, de cara al 26-J, la situación podría dar un cambio, siempre que Pablo Iglesias y Alberto Garzón se den el ‘sí’ a la unión de sus dos formaciones.

Tanto IU como Podemos mueven fichas en las últimas semanas y sus representantes en la provincia hablan aún con cautela de esa coalición. «Sería la que más sentido tendría dentro de la izquierda», afirmaba hace unos días a La Tribuna el responsable de IU, Miguel Ramírez, mientras que Pedro Vozmediano, responsable de Relaciones con la Sociedad Civil de Podemos en la región, afirmaba que su formación «siempre ha estado abierta a ese diálogo». Al margen de los tiras y aflojas de las negociaciones, las cuentas para los dos partidos en la provincia son, sin embargo, muy sencillas. Si se da esa unión y se repiten, más o menos, los mismos resultados de diciembre, la formaciones de izquierdas sumarían suficientes votos para arrebatar un escaño al PP sin la necesidad de dar el sorpasso a los socialistas ciudadrealeños, que mantendrían a buen recaudo sus dos representantes en el Congreso.

Esa unión en el ala izquierda del espectro político español cambiaría el reparto de escaños en Ciudad Real y en provincias como Teruel, Granada, Málaga, Murcia y Zaragoza, donde la ‘víctima’ de Garzón e Iglesias es el PP; en Álava y Jaén, donde sería el PSOE el que perdería representación en Madrid; y en Sevilla, Guadalajara y Albacete, donde Ciudadanos cedería un escaño a favor del nuevo binomio.

Los resultados del 20-D dejaron un PP triunfante en Ciudad Real, con 113.356 apoyos en las urnas que los populares tradujeron en tres diputados: Rosa Romero, Carmen Quintanilla y José Alberto Martín Toledano. Este último es precisamente el que la formación que lidera en Ciudad Real Carlos Cotillas tiene en peligro en la nueva cita de junio. En diciembre fue suyo ese escaño por conseguir 1.062 votos más que Podemos, que alcanzó los 36.724. También a las puertas de tomar posesión de ese diputado se quedó Ciudadanos, a poco más de 1.400 apoyos que hubieran servido para que Francisco Javier Fernández-Bravo llegara a Madrid.

La balanza en la nueva cita con las urnas la desequilibraría Unidad Popular en Común, marca bajo la que Izquierda Unida se presentó en las últimas elecciones en Ciudad Real. Entonces, la candidatura de Juana Caro logró 9.801 votos, que ahora serían más que suficientes, unidos a los apoyos de la lista de Juan Pablo Wert y Podemos, para conseguir representación en el Congreso. Con 46.525 votos, la coalición Podemos-IU tendría más que asegurado un escaño y obligaría a Ciudadanos a mejorar en casi 10.000 los votos cosechados en diciembre (36.377) para lograr un diputado y al PP a conseguir 25.000 votos extras para reconquistar su tercer parlamentario, que sería a costa del PSOE, que sumó 91.860 votos el 20-D con Isabel Rodríguez como cabeza de cartel electoral.

Este panorama se mantiene sin cambios si se añade a la fórmula de reparto electoral que marca el sistema D’Hondt los resultados de las encuestas que se están repitiendo por el territorio nacional. La última oficial del CIS, de febrero, calcaba para Ciudadanos e IU la intención de voto con respecto a los resultados de 2015, mejoraba ligeramente las perspectivas de PP (+0,1%) y más las de Podemos (+1,2%) y rebaja las del PSOE (-1,5%) mientras que las publicadas por El País, El Mundo, ABC y La Razón coinciden en dejar un panorama post 26-J muy similar para el PP, a la baja para el PSOE y penaliza ligeramente a Podemos, que se ve compensado por el empujón a IU, mientras que se otorga cierto margen de mejora a Ciudadanos, aunque mantiene a los de Rivera como cuarta fuerza política.

En una proyección a Ciudad Real de ese escenario de encuestas, donde se prevé también más abstención y más voto en blanco, coincide en dejar a socialistas y populares con dos escaños cada uno de ellos y sienta con una plaza a Ganemos e IU en el Parlamento, algo que no ha pasado en la historia de la Democracia en España, donde Ciudad Real nunca ha dado más de dos voces a sus diputados en Madrid: en 1977 y 1979 UCD logró tres diputados y dos el PSOE; de 1982 a 1996 fueron los socialistas los que se llevaron tres diputados por los dos que sumó Alianza Popular, luego PP, que ha conseguido tres de los cinco representantes que se han puesto en juego en la provincia desde el año 2000 por los dos del PSOE, a excepción de las elecciones de 2004, cuando el PSOE sumó tres y el PP, dos.