Buscando una oportunidad

C. de la Cruz
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Douglas Almeida, jugador brasileño de la UD Carrión, relata una historia personal cargada de añoranza y superación

Llegar a un país extraño para labrarse un nuevo futuro denota una gran dosis de valentía. Hacer frente a la no siempre agradable realidad del destino exige lucha y superación. Así es la historia de Douglas, que como muchos otros jugadores extranjeros, llegó a España atraído por la brillantez y repercusión del fútbol nacional, deseoso de darse a conocer, pero en el camino son muchos los que se han visto obligados a retroceder.

No ha sido diferente para Douglas Almeida Prado de Oliveira (9-5-1992), futbolista cuyos apellidos revelan su origen brasileño. Su convocatoria con la selección regional absoluta de Castilla-La Mancha le ha servido para obtener una notoriedad para la que ha tenido que trabajar mucho. Y es que tiene mérito que Douglas, que forma parte de la UD Carrión, sea el único jugador de Primera Preferente en el combinado regional. Deslumbró en la primera convocatoria de Antonio Cazalilla realizada en Villarrubia y ahora ha vuelto a recibir la llamada del seleccionador para tomar parte en una concentración que se llevará a cabo la próxima semana en Guadalajara. Parece que la suerte de Douglas está cambiando, y el propio jugador brasileño cruza los dedos para que dure mucho tiempo.

Sus orígenes futbolísticos se remontan al conocido Vasco da Gama de Río de Janeiro, donde llegó a destacar en su etapa juvenil.  Así le llegaría su primera oportunidad como profesional en el Grêmio Esportivo Brasil, más conocido como Brasil de Pelotas, de donde pasaría a la Primera División de Paraguay en el Club Atlético 3 de Febrero. Luego regresaría a Brasil para formar parte del Tiradentes y el Guaraní de Garibaldi, de donde se decidió a dar el salto cruzando el océano para llegar a España.

Era una bala que gastaba el jugador, ya que «en Brasil las cosas están muy mal», y el azar quiso que aterrizara en Carrión de Calatrava, cuyo equipo milita en una categoría que el propio Douglas reconoce que le defraudó en un principio, ya que esperaba poder integrarse en una escuadra de una liga superior. Con todo, se lió la manta a la cabeza y se calzó las botas para mostrar todo lo que sabe sobre el campo. Así lo hizo en su primer partido con la camiseta carrionera, en la segunda jornada de la temporada 2014-2015, marcando un gran gol ante el CD Quintanar. Pero el prometedor inicio se truncó demasiado pronto, ya que en el siguiente partido caía lesionado. Un diagnóstico erróneo le impidió comenzar con rapidez la recuperación, hasta que un fisioterapeuta de Manzanares, el tercer profesional que visitaba, daba en el clavo: desplazamiento de tibia. Un grave problema para Douglas, que reconoce que «lo pasé muy mal, me planteé incluso dejar el fútbol».

Parecía que la bala se había malgastado, que todo había acabado. Pero Douglas encontró el amor en Carrión, de donde es su pareja, Arantxa, y también ha recibido en todo momento el apoyo y el cariño de su familia política. La suya, la de Douglas, vive en Río Grande do Sul y lleva casi dos años sin verla, aunque el delantero está en contacto permanente con todos ellos, sobre todo con su hermana, «mi princesa», con síndrome de Down. El viaje a Brasil, demasiado caro para su frágil economía, es por el momento algo impensable. Con todo, Douglas está acostumbrado a estar fuera de casa desde muy pequeño, y aunque hay momentos en que la añoranza se hace casi insoportable, tira hacia adelante con una sonrisa. Terminó la temporada como pudo, pero ahora, totalmente recuperado, todo ha cambiado.

prometedor futuro. Atrás quedan los sinsabores ya que el brasileño está en su mejor momento desde que llegó a España. Ya en pretemporada se marchó a Grecia para enrolarse en las filas de un equipo de Tercera División, pero tras un mes decidió regresar porque «no era lo que esperaba; además del apartado económico estaba el problema del idioma». En su casa, en Carrión, le recibieron de nuevo con los brazos abiertos, «un sitio donde me han dado mucho y donde me encuentro muy a gusto».

Pero Douglas, después de todo lo que ha pasado, no oculta que busca una oportunidad para convertirse en profesional. «Si llega alguna oferta me gustaría aprovecharla. Me dolería dejar el Carrión, pero los compañeros lo entenderían». Hasta el momento no le ha llegado ninguna proposición, pero confía en que la llamada de la selección regional sea un escaparate en el que darse a conocer.

Como carta de presentación, él mismo se define como «un mediapunta con habilidad y velocidad; trabajo mucho para el equipo y juego mucho con el balón. También considero que soy un jugador inteligente con una buena visión de juego que se anticipa al contrario». Mucha suerte, Douglas.