Vaqueros en vereda

Ana Pobes
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La única ganadería de reses bravas que hace la trashumancia cruzó la provincia con sus 457 vacas • Salieron de Teruel el 15 de noviembre con dirección a Vilches (Jaén) en busca de zonas más cálidas para pasar el invierno

Un instante de la trashumancia de reses bravas. - Foto: / Tomás Fernández de Moya

No es la primera vez que recorren la Vereda de los Serranos, una variación de la Cañada Real Conquense, un camino que Luis, Juanma o Vicente han recorrido siempre guiando las reses bravas de la ganadería Alicia Chico, la única que queda en España que se atreve a hacer la larga trashumancia andando, sin subir a los animales a un camión. Este año, casi 500 vacas. Salieron el pasado 15 de noviembre desde la Sierra de Albarracín (Teruel), concretamente desde el valle del Cabriel, en dirección a la finca El Pendoncillo, en Vilches (Jaén), en busca de mejores pastos y zonas menos frías para pasar el invierno.

Un recorrido que hacen dos veces al año. En noviembre y en junio. Más de 400 kilómetros a través de una de las cañadas más largas y que discurre por tres comunidades diferentes: Aragón, Castilla-La Mancha y Andalucía. Con centenares de kilómetros a sus espaldas, el pasado miércoles llegaron a Villanueva de la Fuente con las 457 reses que les acompañan en el camino. En esta ocasión duermen en el coto Camilo, a unos 12 kilómetros de Villanueva de la Fuente, donde hicieron un alto en el camino para reponer fuerzas. En los siguientes días cruzarían Puebla del Príncipe y Castellar de Santiago en el camino al sur.

Son los últimos trashumantes que marchan por esta vereda. Luis García Belenchón lleva 14 años ininterrumpidos realizando la trashumancia de ganado bovino desde la turolense sierra de Albarracín hasta Sierra Morena. Otros cuatro vaqueros le acompañan para conducir las 457 reses bravas: Juanma Ruiz, Vicente Salas, Máximo Moreno y Cristian Ruso. Juntos llevan cinco años realizando este viaje que acabará, quizá, este jueves. Todo dependerá de si se extravía o no alguna de las reses bravas. De ser así, la vacada continuaría camino, mientras algunos vaqueros inician la búsqueda acompañados de varios bueyes. Para tener un mayor control, los animales más ‘proclives’ a perderse llevan un cencerro con la finalidad de que sea más fácil localizarlos.

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