El Gran Teatro de Manzanares acogió este sábado el pregón de las fiestas patronales en honor a Nuestro Padre Jesús del Perdón, que este año corrió a cargo del jefe de estudios y profesor de Lengua y Literatura en el IES Azuer de Manzanares, Jesús Villegas. Al acto asistieron, además del alcalde, Julián Nieva, los concejales del equipo de Gobierno Juan López de Pablo, Silvia Cebrián y Pablo Camacho, además de otros miembros de la Corporación municipal.
El alcalde de Manzanares avanzó que la programación de la próxima quincena festiva, organizada por las concejalías de Festejos y Asuntos Religiosos, incluirá conciertos, música, deportes y gastronomía, como las tradicionales paella popular y migas; todo ello, sin olvidar que las fiestas tienen un carácter religioso que ha reflejado de manera «magnífica» el experto en lenguaje y literatura, Jesús Villegas: «Hoy (por ayer) ha puesto de relieve el sentimiento de todas las hermandades». Por ello, Nieva quiso trasmitir su felicitación tanto al pregonero, como al resto de hermanos de Jesús del Perdón, con el hermano mayor a la cabeza, por el trabajo que realizan durante todo el año, y especialmente en estas fechas.
Nieva aseguró, tras el pregón, que éste les había dejado a todos los asistentes «con un buenísimo sabor de boca», algo imprescindible como preámbulo de unas fiestas que comienzan en Manzanares, y a las que el regidor municipal invitó a disfrutar «con moderación» a todos los vecinos y personas de fuera de la localidad».
Villegas comenzó su pregón reconociendo que no era asiduo a la ermita, la novena o la hermandad, afirmó que había buscado en la vinculación emocional la inspiración para pregonar estas fiestas; la encontró en la historia de su abuelo, «un protagonista de gran devoción a Jesús del Perdón», aseguró, «y como él, tantos vecinos de Manzanares». Villegas destacó de la historia de su abuelo cómo iba cada viernes a besar el pie de Jesús en la ermita, o como procesionaba, a veces descalzo, en las dos procesiones del patrón.
Aseguró que Jesús significa para muchas personas «compañía, soporte, inspiración, y presencia ante el asombro de lo que en nuestra vida nos sobrepasa», y que por ello, muchos vecinos de la localidad salen en procesión descalzos con promesas, anhelos o necesidades, algo que realmente pasa desapercibido cuando «vemos una procesión y sólo nos fijamos en si llevan zapatos, sin darnos cuenta las historias que hay detrás de cada nazareno».