Las tres marmotas: corrupción, consulta catalana y Podemos

ANTONIO PÉREZ HENARES
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Las imputaciones de políticos, el referéndum del 9-N y la intención de voto respecto al partido de Pablo Iglesias acaparan la actualidad

Alcalde de Collado Villalba, Agustín Juárez - Foto: Kiko Huesca

Las tres marmotas que se nos vienen repitiendo cada día, y con las que despedimos la semana, asomarán nada más clarear el amanecer de la próxima. La lluvia de basura que no conoce anticiclón, el secesionismo que no reconoce ley ni soberanía y la encuesta de Podemos, porque así ha sido bautizada antes de nacer.
Con la corrupción, por desdicha, seguiremos a vueltas y encenagados y sin que el orden de los casos, de Eres a Gurtel, de Pujol a Caja Madrid pasando por Valdemoro, altere el producto: demoledor para la confianza en el sistema, aunque curiosamente el impacto se produce porque funciona y esta acabando con las impunidades y con los corruptos entre rejas. Cuando más espabile y resuelva mejor para todos. Que lo hagan también los partidos ayudaría mucho, pero lo más posible es que sigan con el tuya, tuya cuando es de todos los que han tocado pelo de poder, o sea mía, mía.
La impugnación del referéndum-achicoria, sucedáneo del café en tiempos hambrientos, por parte del Gobierno traerá la suspensión del Constitucional. Porque la farsa es lo mismo que lo anterior pero en peor, en cochambre, esperpento, sin censo, ni garantía democrática alguna, sin órgano que vigile, ni un mínimo control de neutralidad en esas mesas compuestas por fervorosos militantes separatistas y donde, como se ha demostrado, puede ir a votar quien le de la gana, inscribiéndose (Angel Expósito de COPE lo comprobó registrándose desde Madrid, ¡cinco veces!) por duplicado o en cuantas ocasiones quiera e ir a depositar su papeleta otra tantas. En suma, una astracanada, pura filfa, sin validez ni rigor alguno. Un sainete que desprestigia a quienes en él participen.
Tenía el Ejecutivo, y seguro que tentaciones no le faltaron, una opción era haber dejado pasar esa farsa para mayor ridículo de Más y consciente de que prohibirlo ayuda a la salida victimista y mártir que pretenden. Pero un Gobierno, en mi opinión, le convenga o no hay algo que esta obligado a hacer: cumplir y hacer cumplir la ley. No le queda otro remedio que impedirlo cuando existe el hecho, el acto administrativo ilegal, con funcionarios de por medio y edificios oficiales como sedes y con una pregunta que en todo caso habríamos de responder todos. 
No puede, pues, Rajoy hacer otra cosa que dar prioridad a la Constitución y es lo que ha hecho. Juegue a lo que quiera en su pertinaz ambigüedad el PSC (su posición queda resumida en : «esto es una payasada pero les dejo el local, el Ayuntamiento, para que la representen solemne y oficialmente») el Ejecutivo y el PP, espero que el PSOE de Sánchez y también el de Susana y los partidos constitucionalistas, Ciudadanos y UPyD sigan en esto en la sensatez y la legalidad democrática. El día 10 será momento de hablar lo que se tercie, pero hasta entonces solo queda la belmontina: «Lo que no puede ser, no puede ser y además es imposible».
La tercera marmota, la que más sale por cierto en la tele, es la de Podemos y la encuesta de infarto donde dicen, llevamos una semana con ello, que se pone primero en intención directa de voto y que amenaza, incluso, al PP tras dar sorpasso al PSOE. Pues bueno. Que va de crecida, de riada y de inundación es un hecho y ese sondeo el reflejo. Que los socialistas y populares parecen competir en ver quien hace mejor de agente electoral de Pablo Iglesias, pues también. Que uno, por viejo y un algo aficionado a esto de la prospectiva demoscópica, lo ponga en larga cuarentena , el doble casi al ébola, la cuarta marmota por cierto, que de la mano de Limón camina ya por la senda de los títeres, es algo que me arriesgo a decirles. Que ya veremos en cuantos lobos se queda al final de tan estentóreo y retransmitido concierto de aullidos.
Hay mucho cabreo, total repulsa-a veces con ecos de linchamiento Fart Wets- y son a priori ellos los elegidos para la venganza. Es el partido de la patada en el culo a los otros. Sin que tengan ellos que hacer más sobre el asunto que, como mucho, parecer algo más corderos. Pero una cosa es lo que se dice, otra los que callan y otra lo que será de verdad cuando las urnas lleguen. Sobre todo porque se empieza por las municipales. Y ahí habrá que presentar, parece que con sus siglas no, pero juntos, revueltos o trasconejados, a alguien, a personas y no solo en Madrid, sino en ciudades, pueblos y comunidades. Porque de alguna manera habrán de estar presentes. Y es que no me creo que no lo hagan. 
¿Cómo pretenden asaltar los cielos de principio si ni siquiera tocan el suelo de la política cercana? Puede que sea su estrategia, de Bruselas a la Moncloa sin pisar tierra. Pero me malicio que un error así desinflaría mucho el globo. Y volverlo a hinchar para las generales se pondría muy complicado. Así que irán camuflados o envueltos, pero lo harán y los veremos. Tendrán que mostrar el pelaje. Y es cuando empezara otro partido y otra encuesta. Aunque esta no va a ser una marmota, sino un elefante. De ponerse ya casi a recibir embajadores. Va a ser ya de «Podemos, Ganemos y …Sobraos». Pero eso ya lo escribo otra semana.