Rafael Cantero realizó ayer una encendida defensa de la seguidilla, cuyo origen situó en el siglo IX, como una forma de expresión musical y literaria popular que a partir de sus orígenes en La Mancha se ha extendido por toda España y los países con los que comparte idioma.El historiador y etnógrafo centró en esta figura su discurso de ingreso como consejero de número del Instituto de Estudios Manchegos, en un acto que se celebró en el salón del Centro Cultural Antiguo Casino. El nuevo integrante del colectivo vinculado al CSIC accedió a la sala en compañía de sus padrinos, Ricardo Ayala y Pilar Serrano de Menchén. En un acto presidido por la alcaldesa de Ciudad Real, Pilar Zamora, y el presidente del Instituto, Alfonso Caballero Klink, destacó también la presencia de la rondalla de Mazantini, que puso el contrapunto sonoro del discurso del nuevo consejero.