El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, avanzó ayer que el Rey Felipe VI asistirá a los actos de homenaje a las víctimas de los atentados ocurridos el 17 de agosto del año pasado en Barcelona y  Cambrils. Así, el mandatario socialista acompañará al Jefe del Estado en este primer aniversario de los atentados yihadistas en los que perdieron la vida 16 personas.

Una fecha que para Sánchez «exige la solidaridad y el respeto de todos a las víctimas». Así lo manifestó durante la primera comparecencia de cierre de curso político que protagonizó como presidente del Gobierno tras la moción de censura.

El presidente de la Generalitat ya anunció que se abstendría de acudir como representante del Gobierno de Cataluña a cualquier acto en el que estuviera presente el Soberano, como forma de protesta contra la Monarquía, por lo que se presenta un escenario de tensión entre estas instituciones.

Precisamente, el progresista apeló al diálogo y al consenso desde La Moncloa para resolver la crisis de Cataluña, que insistió en que haría por la vía política. En este sentido, optó por no abrir «ninguna vía judicial más», y destacó que en apenas dos meses de Gobierno han conseguido restablecer los contactos por medio de la comisión bilateral, que no se reunía desde hacía siete años, y que recoge el Estatuto de Autonomía de Cataluña, con el que el mandatario quiere trabajar como marco de consenso.

«El Gobierno va a aplicar la legalidad, va a defender la Constitución, el Estatuto ante eventuales vulneraciones si es que se produjeran», aseguró, aunque matizó su solución pasa por la política.

En este punto afeó al líder del Partido Popular, Pablo Casado, las «declaraciones extremistas» sobre Cataluña ya que «el PP no ha sido ajeno» a este conflicto. 

cambio de época. El presidente hizo además balance de su gestión al frente del Gobierno en estos dos meses en los que destacó que se había producido un «cambio de época» en la que se ha impuesto la reivindicación de una «política sana», y con un Gabinete en el que se ven representados la mayoría de los españoles, aseguró.

«Es mucho lo que hemos hecho en dos meses, pero queda mucho por hacer», manifestó el madrileño, al tiempo que añadió que el Gobierno tiene «una hoja de ruta clara hasta el final de la legislatura», confirmando así su intención de llegar a mayo de 2020 con independencia de su debilidad parlamentaria para aprobar las principales leyes.

El líder del PSOE concluyó que terminar la legislatura es difícil, «pero no imposible». Igualmente detalló que «la única debilidad que preocupa a este Gobierno es la del estado de bienestar», aunque sí aclaró que le parecía «inapropiado» que el Senado tuviera la capacidad de vetar al Congreso.