Un nuevo diácono en Ciudad Real

La Tribuna
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El obispo de Ciudad Real, Gerardo Melgar, ha nombrado diácono esta mañana al seminarista José Manuel Vellón Valverde en la Catedral de Santa María del Prado de Ciudad Real

Vellón nació hace 38 años en Villanueva de los Infantes. Tras realizar los estudios primarios estudió Ingeniería de Caminos en Ciudad Real, concluyendo en 2003. Al terminar los estudios, trabajó hasta entrar al Seminario Diocesano en 2011.
Durante sus estudios en el Seminario, José Manuel Vellón ha colaborado en la pastoral de distintas parroquias, como una parte más de la formación: Torralba de Calatrava, Miguelturra, Granátula de Calatrava, Argamasilla de Calatrava, Viso del Marqués con San Lorenzo de Calatrava y, finalmente, en Alcázar de Juan con las parroquias de San Juan Bautista y Santa Quiteria. En este último destino colaboró en el hospital y con la Pastoral Penitenciaria en Alcázar y Herrera de La Mancha. Además, ha colaborado en el Colegio de San José de la capital.

El sacramento del orden consta de tres grados: episcopado, presbiterado y diaconado.

Aunque existe un diaconado permanente (los casados pueden serlo), tradicionalmente los candidatos al sacerdocio (presbiterado) se ordenan antes como diáconos.

Los diáconos sirven a la Palabra de Dios (proclaman el Evangelio y lo predican), a la eucaristía (participando en la liturgia junto al sacerdote) y en favor de la caridad. Esto último es importante, puesto que esta figura nació en la Iglesia vinculada a la ayuda a los pobres.

Las funciones del diácono en la liturgia son varias: proclama el Evangelio, bautiza y celebra el matrimonio (los ministros de este sacramento son los propios novios). Además, por no ser un sacramento, puede celebrar entierros. Lo que un diácono no puede hacer es celebrar la eucaristía ni oír confesiones en el sacramento de la Reconciliación.