La trashumancia quiere ser patrimonio inmaterial

Beatriz Palancar / Guadalajara
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En Guadalajara, la trashumancia que todavía existe se concentra en el Parque Natural del Alto Tajo. Allí, la localidad de Checa cuenta con el Museo de la Ganadería Tradicional

La declaración de la trashumancia como Patrimonio Cultural Inmaterial también está pendiente del dictamen de la Unesco. Fue la Dirección General de Bellas Artes y Bienes Culturales, Archivos y Bibliotecas dependiente del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte quien inició la propuesta en el mes de noviembre de 2015.

Esta declaración está relacionada con aspectos vinculados a la cultura popular, un bien inmaterial que destacaría el valor de las vías pecuarias por las que durante siglos han transitado las cabañas de ganado para el paso de las dehesas de verano a las de invierno. Por las cañadas no sólo transitaban los animales conducidos por sus pastores, la propuesta también quiere reconocer el carácter cultural que lleva impresa la tashumancia como conductora de noticias, generadora de actividad económica y transmisión de conocimientos.

España mantiene, con mayor o menor actividad, nueve cañadas reales. La denominada Cañada Real Conquense es la que transcurre por la zona del Alto Tajo. Históricamente, el Parque Natural del Alto Tajo ha sido el lugar de permanencia del ganado en los periodos estivales. En la zona, Checa es el municipio en el que se mantiene una cierta actividad de trashumancia. De hecho, en este municipio está el Museo de la ganadería tradicional del Alto Tajo que, a su vez, es uno de los cuatro centro de interpretación que alberga este Parque Natural.

La Cañada Real Conquense se extiende a lo largo de más de 400 kilómetros entre el área occidental de los Montes Universales y las Sierras de Albarracín, Cuenca y el Alto Tajo. Es decir, en las provincias de Teruel, Guadalajara y Cuenca, para después continuar a Sierra Morena y el Valle de la Alcudia. El camino ganadero partía desde Andalucía y conducía a los referidos Montes Universales, una de las reguladas por primera vez por el rey Alfonso X El Sabio.

En Checa, relata su alcalde, «hace cuarenta o cincuenta años, llegaron a contarse hasta 40.000 cabezas de ganado que permitió el comercio de lanas en verano», mantiene Jesús Alba, quien considera que la declaración de la UNESCO beneficiaría enormemente a su municipio económicamente porque podría promocionar una profesión hoy casi olvidada. Y es que en estos momentos, «hay una mínima actividad ganadera actualmente. Ahora, habrá unas 4.000 cabezas  pero el problema es que los únicos que se dedican a la ganadería es gente mayor», asegura el primer edil.

Desde la Junta rectora del Parque Natural del Alto Tajo se apoya esta iniciativa para que la trashumancia sea Patrimonio Cultural Inmaterial y, para ello, se trabaja en un manifiesto que se aprobará en su próxima reunión.

En este texto, se considera trascendental poner en valor una serie de contribuciones que la trashumancia y las vías pecuarias aportan al territorio como la protección de las dehesas o la limpieza del monte dentro del aspecto ecológico y de prevención de incendios, la generación de actividad económica por los productos que aporta la ganadería, así como el innegable valor cultural que supone como recurso turístico y por el mantenimiento de la tradición.

 

Promoción. El apoyo de la candidatura, además de contar con el  manifiesto, está acompañado de una serie de iniciativas que parten del Parque Natural del Alto Tajo.  

Actividades de educación ambiental para concienciar sobre la importancia de la trashumancia, acciones para poner en valor el patrimonio municipal que permanece  ligado a esta actividad como abrevaderos o pajares, diseño de rutas temáticas y visitas guiadas, además de propuestas de formación para garantizar el relevo generacional en la profesión de pastor en colaboración con la marca de calidad de La Sierra del Alto Tajo, o también la celebración de la que será la primera ‘Jornada de la Trashumancia‘.

Desde la APAG, su presidente, también valora de manera positiva la propuesta: «Es un reconocimiento a una tradición histórica», mantiene Antonio Zahonero.