Rodrigo Rato: "Rajoy me echó de Bankia"

SPC
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El expresidente de la firma madrileña declara que la salida a Bolsa era la única opción viable y que el Gobierno y el Banco de España apresuraron los trámites para evitar su nacionalización

Rodrigo Rato: "Rajoy me echó de Bankia" - Foto: EUROPA PRESS

La Audiencia Nacional celebró ayer la segunda sesión del juicio por la salida a Bolsa de Bankia en 2011 en la que el exmandatario de Bankia Rodrigo Rato señaló en su declaración al expresidente del Gobierno Mariano Rajoy como el responsable final de su salida de la Presidencia de la entidad, el 7 de mayo de 2012, momento en el que se inició «la intervención política». 

Rato, que cumple actualmente una pena de cuatro años y medio en la cárcel de Soto de Real (Madrid) por el caso de las tarjetas black, apuntó también a la exministra socialista de Economía Elena Salgado por la salida a Bolsa del banco, al declarar que fue la que, en última instancia, dio el visto bueno a esta operación a un precio con un descuento «importante». 

De hecho, ante la sección cuarta de la sala de lo Penal, Rato defendió que tanto el Banco de España como el propio Gobierno apresuraron a la firma madrileña a salir al parqué en un tiempo limitado de tan solo tres meses, ya que, en caso contrario, sería nacionalizada. 

En este sentido, el que también fuera exdirector gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI) recordó el precio de la acción de Bankia en el momento de su debut bursátil, ya que, pese al descuento, confiaba en que el plan de negocio llevaría a unas ganancias futuras. 

Según indicó, BFA-Bankia tenía muchos argumentos a favor para llevar a cabo esta operación. «Era el mayor banco por activos, tenía más de 10 millones de clientes, una gran preponderancia en determinadas regiones y gran capacidad para recortar gastos», resaltó. 

La entidad había establecido en torno a 600 y 800 millones de euros el recorte de gastos recurrentes que se conseguiría de forma anual con la operación. «Las sinergias que se planteaban en la estrategia eran perfectamente razonables», precisó. 

En esta línea, confesó que la salida a Bolsa de la entidad en julio de 2011 era la única opción viable que permitía no sobrepasar la línea roja establecida por los propios directivos y que apuntaba a no perder una posición de control con un claro interés «económico», así como ser nacionalizada. 

Además, explicó que durante el segundo semestre de 2011, el sector español vivió el peor momento de su historia. «La situación de la banca cambiaba radicalmente y caía en picado hasta el último trimestre de 2012, que perdía en conjunto más de 53.000 millones de euros».

También admitió que en enero de 2012 se reunió en «muchas» ocasiones con máximos responsables del Banco de España, al mismo tiempo que negó contactos con los técnicos del supervisro monetario que calcularon que la compañía madrileña requería de una inyección de ayudas públicas de unos 13.000 millones para sanear sus balances.