Luz para el Resucitado

A. Criado
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Un sol radiante, que las nubes fueron ocultando poco a poco, recibió a Jesús y a la Virgen de la Alegía a las puertas de la Catedral

Las calles de Ciudad Real presentaron ayer una gran afluencia de público para presenciar la última de las procesiones de Semana Santa./ - Foto: PABLO LORENTE

Aunque las previsiones meteorológicas no eran nada halagüeñas, la Semana Santa de Ciudad Real finalizó este Domingo de Resurrección, el día más importante del calendario cristiano, sin que la lluvia hiciera acto de presencia. Las precipitaciones, que otros años dieron al traste con las ilusiones de cofrades, fieles y visitantes, que encuentran en sus procesiones mucho más que una muestra de devoción, han dado en 2014 un respiro a esta fiesta de Interés Turístico Nacional.

Todas las hermandades de Ciudad Real han podido salir este año a la calle con sus imágenes, insignias y estandartes en el marco de un programa de procesiones que finalizó ayer con la del Resucitado, que organiza la Asociación de Cofradías de Semana Santa. Un sol radiante, que las amenazantes nubes fueron ocultando poco a poco, y multitud de fieles recibieron a las puertas de la S.I.P.B Catedral a Jesús y a María Santísima de la Alegría, que brillaban también con luz propia.

Unos minutos después de las doce del mediodía, hora prevista para el inicio de la procesión, el paso del misterio que representa a Jesús saliendo triunfante del sepulcro, rodeado de cuatro soldados romanos con expresión de estupor, tallas realizadas por el manchego Joaquín García Donaire (1958-1962), hacía su aparición en los Jardines del Prado mientras la Banda de Cornetas y Tambores de Virgen del Prado-La Pasión de Ciudad Real interpretaba la marcha Real.

Expectación en las calles ante el paso del Resucitado./Expectación en las calles ante el paso del Resucitado./ - Foto: PABLO LORENTE Poco después, el paso, empujado sobre ruedas, abandonaba la céntrica plaza mientras sonaban los acordes de Señor ten piedad, estreno de esta agrupación musical, y Mi Cristo moreno. No faltó tampoco una sentida saeta al final de la calle Prado en honor al Resucitado.

Para entonces, el paso de María Santísima de la Alegría (Jesús Méndez Lastrucci) había salido ya también de la Catedral. En este caso, como es tradición, portado a costal por 35 hermanos mientras los integrantes de la Agrupación Musical de Ciudad Real, que cerraban el cortejo procesional, interpretaban el himno nacional. La Virgen, que porta en sus manos un rosario de nácar y plata, procesionó en 1998 por primera vez por las calles de Ciudad Real.

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