El corazón de la Diocésis

Raquel Santamarta
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El Seminario de Ciudad Real celebra su día • Su rector, Pedro López de la Manzanara, invita a preguntarse, como hacía Santa Teresa, 'Señor, ¿qué mandáis hacer de mí?'

Dios ha salido al encuentro de los 44 adolescentes y jóvenes que estudian en el Seminario Diocesano de Ciudad Real: 31 en el Menor y 13 en el Mayor. Así lo asegura su rector, Pedro López de la Manzanara, para quien «ser cristiano es vivir la vida como Cristo la vivió». «Nacemos por vocación, por llamada, porque nos sentimos pensados y soñados por él», no duda en precisar dejando claro que «no es una religiosidad gansa, sin horizonte ni compromiso vital, sino una fuerte amistad con el Señor que crece y se desarrolla».

En el marco del Día del Seminario, que se celebra el próximo 19 de marzo coincidiendo con la festividad de San José, López de la Manzanara insta a preguntarse, como hacía Santa Teresa (de quien se celebra este año el quinto centenario de su nacimiento) en un poema que recoge la esencia de su vida, 'Señor, ¿qué mandáis hacer de mí?'.

«Toda la Iglesia tiene la misión de proclamar la alegría del Evangelio», precisa no obstante el rector del Seminario Diocesano de Ciudad Real, incidiendo en que «el laico debe hacerlo dentro del mundo». En cuanto la vocación al sacerdocio, sostiene que «no soy yo el que decide, sino el que responde ante lo que es un regalo de la vida».

Tiempos distintos. Eso sí, López de la Manzanara, que estuvo cinco años en Colombia, considera que «se necesita facilitar la comprensión de la llamada». Es algo que expone en el último número de Semillero, la revista del Seminario Diocesano de Ciudad Real. «Nuestro momento, culturalmente hablando, no es el mismo de Santa Teresa», explica afirmando que «en tiempos de samuel la Palabra del Señor era rara y no eran frecuentes las visiones».

Jóvenes de muy distintas edades y procedencias unen sus caminos actualmente en el Seminario Diocesano de Ciudad Real. Este curso dos seminaristas viven el Año de Fundamentación, asegurando cimientos sólidos para la formación sacerdotal, y once estudian en la comunidad de Teología. A todos ellos Dios les ha llamado de «una forma sencilla, sin mucho ruido y a través de los acontecimientos de la vida».