A las puertas de cumplir los 89 años, Gregorio Mero está encantado con el destino en el que está celebrando las fiestas navideñas. Lo hace acompañado de mayores y de los profesionales de la residencia Nuestra Señora de la Asunción, en Miguelturra, donde lleva apenas unos días gracias al programa ‘Navidad en compañía. Ningún mayor solo’, una iniciativa del Gobierno regional y de la Asociación de Castilla-La Mancha de Residencias y Servicios de Atención a los Mayores (Acescam) que permite a mayores no residentes hacer uso de las instalaciones con motivo de unas fiestas que se caracterizan por las celebraciones familiares, pero también por la soledad en la que viven actualmente muchos mayores.

Por eso, las puertas de las residencias se abren para mayores como Gregorio, que hace uso por primera vez de este programa que estará en marcha desde el 21 de diciembre al 7 de enero. No es el único. También lo hace Adolfo Marín, 76 años, o Antonio Calbetó, de 69 años, todo un veterano ya que acude al programa por cuarto año consecutivo y se ha familiarizado con muchos de los usuarios de este centro de Miguelturra.

A Prado, la hija de Gregorio, se le despliega una gran sonrisa cuando ve a su padre feliz. Ella es todo amabilidad y explica que Gregorio, hasta ahora, estaba en su casa, en Carrión de Calatrava, donde va todos los días desde Miguelturra desde hace casi cinco años para atenderlo a él y a su madre. Pero ahora, la soledad es mayor, ya que su madre falleció hace ahora casi cuatro meses. En los escasos días que Gregorio lleva en la residencia ha podido comprobar que su padre está «contento», «mejor que en casa», dice mirándolo con ternura mientras su padre sonríe y reconoce lo bien que está.

La Navidad en compañía - Foto: Rueda Villaverde«Está con profesionales y bien atendido. Aquí el trato me encanta, es muy familiar y sólo tienes que ver que le preguntas a él qué tal y dice que está muy contento. Nos dice: ‘Vosotros os vais, que yo me quedo’», afirma Prado, que está con su hija Andrea disfrutando de la tarde de Navidad junto a su padre en esta residencia de Miguelturra. De hecho, el objetivo final es que su padre se pudiera quedar en esta residencia.

En ella se siente también a gusto Antonio, nacido en Barcelona aunque ciudadrealeño de adopción tras casarse aquí, si bien actualmente está separado y vive solo en Pozuelo. Está, como dice, a expensas de «reorganizar» su vida. «Aquí estoy atendido, acompañado y puedo estar bien y la mente no te da vueltas», comenta en relación con un programa del que ya es un usuario habitual en unas fiestas como la Navidad, que elige pasarlas rodeado de personas y no solo.

Así pues, permanece en esta residencia los alrededor de quince días que dura el programa y luego regresa a su hogar, donde más o menos se apaña. «Hago lo que puedo en casa», detalla este hombre que también es voluntario en Cruz Roja, de la que también recibe ayuda, y del Banco de Alimentos, por lo que conjuga estas labores solidarias con una forma de mantenerse activo y ocupado.

La Navidad en compañía - Foto: Rueda VillaverdeCon una columbra vertebral «como una ‘S’», lo que le reporta muchos dolores, habla de los problemas de salud que genera la edad, con las visitas obligadas al médico que ello conlleva, agrega para asegurar después que no es navideño y que prefiere no desplazarse a tierras catalanas a pasar estas fechas con su hermana. «Primero, porque no quiero molestar a nadie y, segundo, no me gusta Barcelona» y así se lo dijo tanto a ella como a su hijo, que también reside en la Ciudad Condal. Además, tiene otra hija, que está con su madre, comenta. Antonio explica que, por circunstancias personales, está «bastante apagado y triste» y por eso ha vuelto a elegir la opción en la que se siente más a gusto: la de participar en un programa que le permite disfrutar de estas fechas en compañía de otras personas. «Si ya los días normales es complicado estar solo, estos días más todavía», concluye.

También ha elegido esta opción Adolfo, de 76 años y que estará en esta residencia de Miguelturra hasta el día de Reyes. «La soledad es muy dura», dice este vecino de Ciudad Real que reconoce que ha elegido participar en este programa «para no estar solo estas navidades». Separado y con tres hijos que están «trabajando y haciendo su vida», explica que le gustaría irse a vivir a una residencia. La comida o la compañía de otras personas es lo que valora este vecino que dice estar «muy agradecido» por la posibilidad de disfrutar de una iniciativa que es gratuita y que durante estas fechas se convierten en una alternativa para muchas personas que viven la soledad. 

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