De auténtico 'cachondeo', con perdón de la palabra, está siendo esta temporada lo de los palcos presidenciales en la provincia -incluyendo el de la capital- donde se echa en falta cordura, otorgando orejas a diestro y siniestro, lo que hace un flaco favor a la fiesta. Vale que la primera sea del público, pero en la segunda se debería tener más rigor. Ayer, en Almodóvar del Campo, regalaron orejas como en una tómbola. La Junta debe reunir a los equipos presidenciales y darles un cursillo o por lo menos, unas directrices para que prime la seriedad. Por cierto, el Reglamento de Espectáculos taurinos está para algo.
En chiqueros, una corrida de Cayetano Muñoz que estuvo mal presentada -anovillados todos- de mal juego con la que los toreros hicieron lo que pudieron, que tampoco fue mucho.
Tan sólo se salvó Antonio Nazaré, sustituto de Joselito Adame, cogido el día anterior. Sin embargo, algún torero paisano podría haber ocupado el puesto, ¿o no?