El IGME confirma que los 'ojos' del cauce del Gigüela han sido «reperforados artificialmente»

A. Criado
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Un informe concluye que estos afloramientos corresponden al nivel freático regional procedente del acuífero de las calizas del Plioceno de la masa de agua Mancha Occidental I

El informe elaborado por el Instituto Geológico y Minero de España (IGME) sobre la aparición de nuevos afloramientos de agua en el entorno del río Gigüela revela, como ya apuntaban las primeras hipótesis, que éstos corresponden al nivel freático regional procedente del acuífero de las calizas del Plioceno de la masa de agua Mancha Occidental I.

Así lo avanzó ayer a este diario Miguel Mejías, jefe de área de Hidrogeología Aplicada del Departamento de Investigación y Prospectiva Geocientífica del IGME,  que precisó que los «cuatro o cinco puntos» de aparición de surgencias de agua subterránea en la zona conocida como Los Ojuelos, en el término de Villarrubia de los Ojos, «son una muestra de lo que fue en su día el régimen natural». «Es una señal positiva, pero no significa que el Acuífero 23 siga recuperándose», apostilló el científico para añadir que está «prácticamente descartado» volver a la situación que existía hace 30 años.

Otra de las conclusiones de este informe, elaborado a petición del Patronato Rector del Parque Nacional de Las Tablas de Daimiel, es que estos manantiales han aparecido en zonas «reperforadas de manera artificial» entre uno y un metro y medio, con lo que se favorece que, en un momento en el que todavía el nivel freático está alto, se corte la topografía, favoreciendo que aparezcan encharcamientos aislados y puntuales, «pero que no producen escorrentías superficiales al Gigüela como hace 30 años».

Mejías explicó que en la parte oriental y central del Acuífero 23 se ha producido un descenso del nivel de alrededor de un metro (según los últimas datos de 2015), pero que en zona occidental «todavía se están produciendo descargas de agua en los sitios más bajos de salida, que es el entorno de Las Tablas, como consecuencia del periodo húmedo 2007-2013». De esta forma, apuntó el jefe de área de Hidrogeología Aplicada del Departamento de Investigación y Prospectiva Geocientífica del IGME, en 2011 aparecieron los ojos del Guadiana y en 2015 los del Gigüela.

De una forma u otra, la aparición de estos manantiales está favoreciendo medioambientalmente a Las Tablas de Daimiel, gracias a las escorrentías superficiales de los ojos del Guadiana, «un 10 por ciento de lo que tenía en régimen natural», y a las escorrentías subterráneas de los ojos del Gigüela. Unos afloramientos que irán desapareciendo en poco tiempo, «si continúa el periodo seco y de escasas precipitacions» que vivimos actualmente.

vertidos contaminantes. Gracias al trabajo de campo realizado, los científicos del IGME han detectado el vertido de sustancias contaminantes en uno de los afloramientos aparecidos en Los Ojuelos. Una situación por la que se ha interesado el Ayuntamiento de Villarrubia de los Ojos, que ha solicitado al  Instituto Geológico y Minero de España una copia del informe resultante del análisis de las muestras tomadas.

Por último, Miguel Mejías mostró su confianza en que este informe de 50 páginas, que se ha elaborado con un criterio muy técnico» y que se hará público en los próximos días, tenga su continuidad «con un seguimiento de la evolución del agua subterránea de este entorno».