Raigal: "Luchamos por mejorar las condiciones de los buzos"

I. Ballestero
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El buzo ciudadrealeño que participó este verano en el rescate de 12 niños y su entrenador en una cueva de Tailandia cuenta los detalles de esta misión y la labor de estos profesionales

Raigal: "Luchamos por mejorar las condiciones de los buzos" - Foto: Rueda Villaverde

Está a punto de acabar un año que no olvidará fácilmente por lo que ha supuesto en lo personal. Ahora que están llegando los reconocimientos a su labor por el rescate de un equipo infantil en una cueva en Tailandia, ¿cómo lo está viviendo?

Ahora que ha pasado todo empiezo a verlo un poco en perspectiva. Es un gran honor que en Ciudad Real se me reconozca de esta manera, en otros lados también pero especialmente en Ciudad Real, que es de donde soy. Fue un trabajo en equipo, no hubo individualidades, trabajamos conjuntamente y salió de la mejor manera posible más allá de la pérdida de Saman Kunan que dio la vida intentando el rescate.

¿Qué fue lo más difícil de aquel dispositivo de rescate?

Raigal: Raigal: "Luchamos por mejorar las condiciones de los buzos" - Foto: Rueda VillaverdeNo sé si lo más difícil, pero desde luego el golpe más duro fue la pérdida de Saman. En esas circunstancias en realidad vas en automático prácticamente, sólo piensas en reponerte y en seguir para delante, no hay mucho que pensar. Sólo te da tiempo a aprender de ciertos errores y continuar para acabar la misión con éxito.

¿Cómo llega Fernando Raigal al dispositivo de rescate de doce niños y su entrenador de fútbol en una cueva en Tailandia?

Me dedico a buceo profesional y una de las empresas para las que había trabajado antes es del país. El jefe de la empresa es un exnavy seal y le movilizaron para el dispositivo porque con los navy seals no eran suficientes, y por eso buscaron a los veteranos. Se dieron cuenta de que el dispositivo iba a requerir de más buzos y él pidió permiso al comandante encargado y contactó conmigo y con otros buzos. Fui el primero que me presenté allí.

Raigal: Raigal: "Luchamos por mejorar las condiciones de los buzos" - Foto: Rueda VillaverdeY no se lo piensa, no duda siquiera un instante.

No hay mucho que pensar. Te das cuenta de que no es un trabajo normal y lo único que hay que hacer es seguir las instrucciones. Me dijeron que me reservara un billete y me presentara allí, y así lo hice. Ellos organizaron el resto, mandaron un coche a buscarme al aeropuerto y me llevaron al campamento.

Una vez que se ha comprometido, que está viajando hacia el lugar, ¿no hay ningún momento en el que piense ‘me la estoy jugando’?

No, no tanto ‘me la estoy jugando’ como saber que hay que ir con todo el respeto. Era buceo pero era un ámbito para el que no estoy acostumbrado, como el buceo en cuevas. No piensas que te la estés jugando pero sí que vas con todo el respeto del mundo. Lo primero en ese tipo de casos es la seguridad en uno mismo. No sirve de nada ir a ayudar y convertirte a tu vez en un problema. Por eso hay que ir con toda la seguridad uno mismo y poco a poco, al ritmo que puedas de una manera segura, continuar hasta que consigues el resultado.

¿Volvería a tomar parte en un dispositivo así de presentarse una nueva oportunidad?

Sí, sin ninguna duda. Además está hablado con el comandante. Todos los voluntarios que participamos en el dispositivo nos hemos comprometido a volver a actuar si hay alguna circunstancia parecida que requiera ayuda. Estamos a su disposición.

Buena parte de su formación también es militar.

Ingresé en la Armada el 1 de septiembre de 2004 y allí recibí formación general y formación específica como sonorista, fui destinado a submarinos. Lo pedí y tuve suerte de poder estar en ese destino. Estuve dos años destinado en submarinos e hice el curso de buceo, pasé las pruebas y regresé al submarino como sonorista y también como buzo ya. Dos años más tarde, ya en 2008, dejé la Armada y convertí todos los títulos militares que tenía al ámbito civil porque quería seguir con el tema del buceo. Y ahí seguimos.

Un buzo en Ciudad Real.

Aquí en Ciudad Real no sabía que existía el buceo a ese nivel.

¿De dónde viene esa pasión?

Cuando era pequeño siempre iba de vacaciones con mis padres a sitios de playa y siempre me ha gustado y atraído mucho el agua.

¿Cuál es la vida de un buzo profesional? ¿Qué labor realizan?

Bucear es algo que hay que hacer para llegar al trabajo. Es decir, hay que montar una tubería, hay que inspeccionar algo... es un trabajo que debe hacerse pero no está en superficie, sino sumergido. Necesitas un buzo para llegar allí, pero en el momento en el que llegas al lugar te conviertes en un técnico, en un operario, en un trabajador. Desde peón de albañil hasta técnico, pasas por un montón de posiciones. El buceo profesional es para llegar a realizar esa labor, al lugar donde se realiza.

¿Cuál es la situación más complicada que se ha encontrado?

Ha habido ciertas situaciones de riesgo: atrapamiento, momentos en los que se acaba el gas, situaciones de rescate de compañeros. Estás entrenado para ello y en realidad se te activa todo lo que has aprendido, como si fueras con el piloto automático. Es la mejor manera para afrontarlas, seguir unos pasos, unas instrucciones para tener la mayor probabilidad de que salga bien.

¿Y la más bonita?

Del rescate. Hubo una cosa bastante entrañable. Todos los niños fueron pasando por nuestras manos y estaban inconscientes pero respirando, algo importante, pero es que el niño de 11 años iba roncando. Muy pequeñito, en una camilla, en una situación de riesgo. Todo un dispositivo movilizado en torno a un niño pequeñito que roncaba. De alguna manera era un alivio que no fueran muy conscientes de lo que estaba pasando. Era una escena de normalidad dentro de la situación que estábamos viviendo.

Ahora llegan los reconocimientos.

Sí. Estoy muy contento de que, no ya a mi persona, se reconozcan este tipo de cosas, el esfuerzo de gente anónima que realiza esfuerzos por los demás. No a mí, sino al acto en sí.

¿Se había planteado ser Hijo Predilecto de Ciudad Real?

No, la verdad es que no. Ahora que ha llegado estoy muy agradecido, es un gran honor. Yo soy un buzo, hablé sobre ello.

¿Qué ha encontrado en Tailandia para fijar allí su residencia?

Acabé allí después de tres años dando vueltas por Asia. Es un país muy acogedor, te reciben con los brazos abiertos y en el que te sientes muy cómodo. Tailandia se ha portado muy bien conmigo.

¿Volverá?

Ha una idea de volver pero no sé cuándo ni cómo lo haré.

¿Qué enseñanza ha sacado después de todo lo vivido? ¿Con qué se queda?

La capacidad de coordinación de gente tan diversa, de buzos de diferentes países que no entienden en ese momento de nacionalidades ni barreras lingüísticas, y por supuesto tampoco de individualismos. Todos estamos allí para poner lo mejor de nosotros mismos. Los buceadores de cuevas pusieron la mayor parte, los de combate son muy arrojados y tienen otras técnicas que fueron muy importantes; los profesionales aportamos nuestro granito de arena con nuestra experiencia en espacios confinados y rescate. Todo salió bien.

Su nombre permite poner luz sobre una profesión que para muchos es desconocida.  

Eso también es importante. No somos tantos buzos profesionales en España porque no hay mercado, y porque somos un grupo pequeño las administraciones no nos prestan atención. Estamos luchando constantemente por mejorar las condiciones y el reconocimiento de los buzos profesionales porque pese a la nueva legislación queda mucho por hacer. Todo va dirigido a la seguridad en el trabajo, que debería ser lo más importante. Hay que regular esta actividad, se trabaja en ello pero el proceso es largo y se está eternizando. Nosotros seguimos reivindicando.

De manera indirecta, Fernando Raigal se puede haber convertido en bandera del sector.

Con los compañeros lo he hablado: si todo lo que estoy viviendo se puede aplicar de alguna manera a lograr mejoras para nuestro colectivo será positivo. Soy uno más, aporto lo que puedo y hay buzos que llevan mucho tiempo luchando por estas reivindicaciones.

Se trata de una carrera muy condicionada por el aspecto físico.

Es una de las luchas que mantenemos porque todavía no hemos logrado que se aplique. Entendemos que debería haber un coeficiente reductor por peligrosidad para este trabajo y no lo hay. Un buzo en España se está jubilando con 67 años como el resto de trabajadores, y eso no es realista. Además, aunque cada vez más empresas lo hacen, muchas veces te contrata una empresa aquí en España en el Régimen General o de la construcción, cuando todos deberíamos ir con el Régimen del Mar y contar con los privilegios de ese grupo, porque somos gente del mar. Hay muchos frentes en los que se está luchando desde esta profesión y hay gente muy involucrada con ello. Si de alguna manera puedo ayudar me tienen a su servicio. En cada reconocimiento les hago una mención porque me parece muy importante hacer piña con el gremio. Todo lo que podamos lograr nos beneficia a todos.