La época de compras navideñas puede tener un contenido social y cada regalo llevar además de una sonrisa a quien se le regala puede contener otra sonrisa compartida en otro lugar del mundo o en personas necesitadas de Ciudad Real. Se trata de un centro comercial solidario que ha comenzado esta misma semana de la mano de entidades como Amuma, Amhida, Afanion, Manos Unidas o Solman.

De este modo, Amuma fueron los primeros en abrir este lunes y también en cerrar este mismo domingo su mercadillo solidario. «El primer día es cuando más gente asistió y va muy bien», indicó María Infante, una de las voluntarias que atiende un mercadillo que se celebra en la sede de la asociación, en la calle Calatrava, con el objetivo de que «Amuma pueda seguir facilitando las terapias de cada año» como la presoterapia o la atención psicológica a las mujeres que han padecido cáncer de mama. Ella es una de los 15 ó 20 voluntarios que hay en la organización para atender un espacio de venta en el que los productos son donados y la estrella son los productos de alimentación como el vino o el aceite.

Estos voluntarios son también los que atienden la tienda de Afanion en el callejón de los Huertos y que este año se ha completado con una exposición de pintura en el Museo López-Villaseñor. Una muestra de 54 cuadros que también cierra este domingo en el que se pueden encontrar obras desde los 15 euros para delante cedidas por artistas locales. «Normalmente las recaudaciones de nuestros eventos son para un fondo común», dijo Rosario Ciudad, vocal de la entidad, quien recordó que cuentan con programas para intervenir antes secuelas, ocio o tiempo libre. «Cada vez la gente está más concienciada de que el cáncer infantil es duro y hay un incremento de apoyos», indicó la vocal, con el recuerdo de que este año además de esta exposición solidario y su tienda física, la recaudación del Belén municipal será para la organización.

Centro comercial de la solidaridad - Foto: Rueda VillaverdeEste belén se encuentra en el antiguo Casino donde también abre sus puertas el mercadillo solidario de Manos Unidas y que va por la quinta edición ya. «Es muy importante la sensibilización», dijo Pelayo Dorado, su presidente local, quien apuntó que no se trata sólo de intercambiar artículos sino de una exposición con el lema ‘Plántale cara al hambre’. Los artículos de este mercadillo proceden de la fundación Coprodeli, con muestras de artesanía de Suramérica Y dulces procedentes de los conventos de la provincia. Lo recaudado se dedicará a un dispensario, un centro de salud sencillo, que se construirá en Senegal. Hasta el día 20 de diciembre se podrá ayudar en esta iniciativa.

«El dinero que recibimos de las ventas del mercadillo solidario lo empleamos en actualizar los recursos que utilizamos con los chavales», la intención es adquirir unas tabletas, según explicó el presidente de Amhida, Julio León, quien recordó que busca actuaciones para los menores afectados por hiperactividad. El 21 de diciembre, con el cierre del curso finalizará este mercadillo que reúne productos donados y realizados por los padres de los estudiantes. Se puede visitar en su sede, en calle Zarza.

El último en abrir es el que tiene más antigüedad, el de la organización Solman, que tiene su sede el calle Azucena, en un local cedido debajo de donde está la organización. Se trata de un espacio en el que se venden productos de los proyectos de cooperación al desarrollo del mundo o de zonas donde se encuentran pero también donaciones que realizan familias o voluntarios de la entidad, comentó su presidente, Lucio García. Hasta Reyes este mercadillo está abierto donde también hay libros. El mercadillo ya es una tradición de Solman. «Hay que destacar siempre que lo hacemos en un local cedido por una familia totalmente», comentó el presidente de la organización.

Centro comercial de la solidaridad - Foto: Rueda VillaverdeEstos mercadillos con sede fija se suman a otros como el de la protectora, que ayer se celebró en el Pilar, o el del Banco de Alimentos que abre este lunes en la Biblioteca Pública del Estado. Se trata de espacios para que los detalles llevan sonrisas no solo a quien recibe un regalo.

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