Fue apenas la primera derrota de la temporada, pero suficiente para generar desconfianza hacia un Barcelona que hasta ahora había navegado por aguas tranquilas. El conjunto dirigido por Luis Enrique cayó el pasado martes ante el PSG en la Champions League, en el partido más exigente de los disputados esta campaña.

«La Liga de Campeones es otra competición. Los jugadores están más determinados, más motivados», advirtió el técnico francés, Laurent Blanc, tras su victoria.

El cuadro ‘culé’ había llegado a la capital gala sin ningún gol en contra en toda la temporada y con un balance de seis triunfos y un empate. Sin embargo, ningún rival había tenido la entidad del bloque parisino, pese a que jugaron sin estrellas como Zlatan Ibrahimovic, Thiago Silva o Ezequiel Lavezzi.

Así, después del tropiezo, la principal reprobación hacia el equipo azulgrana se centró en la defensa. El Barcelona jugó en el Parque de los Príncipes con una zaga similar a la que generó tantas críticas la pasada temporada, que terminó sin títulos importantes para el equipo catalán. Con Jordi Alba y Dani Alves como laterales, más Javier Mascherano en el centro, la única novedad fue la del francés Jeremy Mathieu, un jugador que actuó casi toda su carrera como lateral.

Los dos primeros goles del conjunto francés nacieron de sendos errores de Alba y Alves en la salida del balón. A eso se añadió, posteriormente, la incapacidad de Mascherano para contener a David Luiz y las dudas del arquero Marc-André Ter Stegen, quien erró en la salida que propició el tanto de Marco Verratti.

El portero alemán jugó en París su segundo partido como titular después de actuar ante el Apoel de Nicosia, también en Liga de Campeones. Luis Enrique decidió que el germano es su arquero para la Champions, al menos de momento, dejando en el banquillo al chileno Claudio Bravo, quien permanece imbatido en la Liga.

La línea defensiva incluye otro aspecto controvertido, como es el nuevo papel secundario que Luis Enrique destinó a Gerard Piqué. El central solo ha sido titular en tres de los ocho encuentros disputados por su equipo esta temporada.

De esta forma, las dudas surgidas en torno a la defensa son el principal alimento del debate sobre la capacidad ‘culé’ para competir ante los rivales más poderosos. En la Liga no ha recibido goles, pero todavía no se ha enfrentado contra ninguno de los seis primeros clasificados.

El Barça jugará el sábado ante el Rayo Vallecano y, después, recibirá al Eibar, dos compromisos teóricamente asequibles para que los azulgranas recuperen el tono. No obstante, la siguiente gran prueba será el 25 de octubre con su visita al Real Madrid, en el primer clásico liguero.