Doce imputados por tráfico de drogas pactan penas de entre uno y dos años

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Manuel Santiago Montoya `El Algarrobo´ es conducido a la Sala de la Audiencia. - Foto: La Tribuna de Ciudad Real.

Los doce imputados en una trama de tráfico de drogas firmaron ayer un acuerdo de conformidad muy beneficioso como era previsible. La Fiscalía pedía condenas de hasta cuatro años por un delito contra la salud pública (tráfico de estupefacientes) en su modalidad agravada al tratarse de cocaína y heroína, que se remonta siete años atrás. El reconocimiento expreso de los hechos, el compromiso de cumplir la condena y pagar la multa favorecieron que la fiscal rebajara «sustancialmente» la condena. De este modo, se les ha impuesto penas de entre uno y dos años y medio de cárcel.

Según el Ministerio Público, la mayoría son toxicómanos y  «han acreditado su adicción a las drogas». Esto sumado a que es un asunto de 2007 y que han admitido haber cometido los hechos, favoreció el acuerdo.

Todos están en libertad por esta causa, y sólo dos de los acusados están presos por otros asuntos. Se trata de Manuel S. M., alias ‘el algarrobo’, y Justo N. G., apodado ‘el loco’. Los dos fueron conducidos esposados y fuertemente custodiados  hasta la Audiencia Provincial donde se celebró la vista en la que ratificaron el acuerdo ante el Tribunal de la Sección Primera. Algunos de ellos no llegarán a entrar en prisión y otros probablemente sí, aunque esto lo decidirá la Sala.

Casi todos son ‘viejos’ conocidos de la Policía y asiduos en los Juzgados. Algunos tienen casi tantos antecedentes como años de vida, y también uno de ellos fue condenado hace un par de años, sin que llegara a entrar en prisión porque se suspendió la condena con la condición de que no delinquiera en cinco años. Sin embargo, a juzgar por el escrito de acusación, no ha podido sustraerse a ello en un año. La mayoría son varones, con antecedentes y vecinos de Ciudad Real.

Entre los imputados también figuran algunos vecinos de Madrid, concretamente de  la Cañada Real.

Los encausados admitieron dedicarse a la venta de tráfico de drogas, algunos de ellos en sus domicilios. En sus casas hallaron distintas cantidades de estupefacientes (cocaína, heroína, hachís), joyas, dinero, hasta más de 12.300 euros, pistolas de balines, otra de marca Record y defensas eléctricas.