Fabián Barco (Picón, 1945) posa su mirada en la ciudad, la recorre poco a poco, la saborea y finalmente la plasma a través de las más de 120 acuarelas de Ciudad Real. Diario de un paseante, una obra gráfico-literaria que invita precisamente a eso: a pasear. El autor, casi un hombre del Renacimiento gracias a su perfil polifacético -arquitecto, escultor, pintor, empresario, periodista, autor de 51 novelas-, reconoce que «ha sido una diversión hacer este libro», que define como «el estado de Ciudad Real actual, el que tenemos que conservar. No hace falta tener memoria, sólo verlo. Hay que decirle a la gente que mire».

Es la cuarta entrega de una serie que ya abarca Toledo y los paseos de día y de noche de Madrid. El tiempo que le ha llevado finalizar esta obra lo dice todo: «73 años», justo la edad que presenta un Fabián Barco que huye de ensoñaciones e idealizaciones. No en vano, el resultado final, una obra de enorme belleza, «es la realidad de Ciudad Real, no está embellecida».

Al fin y al cabo, un «paseo» a las fachadas de edificios emblemáticos, a las calles, a los parques, a las esculturas, a los detalles más singulares en un recorrido diferente.

Con una serie limitada de 300 ejemplares, con un precio de 90 euros, este libro «parece incluso una maqueta, da la sensación de tener casi un original por el acabado que tiene».

Cada acuarela viene acompañada con una breve descripción de la imagen, desde datos históricos hasta impresiones.

La presentación del libro, llevada a cabo en el antiguo Casino de Ciudad Real, corrió a cargo de Manuel López Camarena, que además es prologuista del libro. Difería del autor al considerar «el aspecto idealizado» que se hace de Ciudad Real en la obra, y subrayaba ante todo que «es un tesoro bibliográfico que recuerda la labor de los copistas de siglos pasados».

La alcaldesa de Ciudad Real, Pilar Zamora, que asistió a esta presentación, manifestó que «no estamos en una ciudad estridente, es una ciudad equilibrada y así se está mostrando. Desde que tuve el libro en mis manos me enamoré de él, presentar así Ciudad Real es un reclamo para aquellos que quieran disfrutar de una ciudad paseable».