La provincia de Ciudad Real no se ha enganchado todavía a la renovación del parque móvil que supone la entrada en el mismo del vehículo eléctrico. Eso, al menos, dicen las cifras de la Dirección General de Tráfico consultadas por este diario, que continúan situando al territorio ciudadrealeño como un lugar ‘inhóspito’ como hábitat para el vehículo eléctrico, el modelo de transporte sostenible hacia el que quiere tender el Ejecutivo central, a tenor de lo recogido en la futura ley sobre el cambio climático, que propondrá prohibir la venta de vehículos diésel, gasolina, híbridos y de gas natural a partir del año 2040. O lo que es lo mismo, restringir las ventas para orientar el mercado en su totalidad al vehículo eléctrico para que, en un futuro más a medio plazo, cope la totalidad del parque móvil.

En la provincia, dejar de lado el resto de combustibles y tender hacia el vehículo eléctrico en exclusiva supondría un cambio radical. De hecho, desde su aparición de manera habitual en el mercado, allá por 2010, en territorio ciudadrealeño apenas se han vendido un centenar de vehículos, hasta el punto de que, ocho años después, la DGT recoge 110 vehículos eléctricos dados de alta para circular por las calles y carreteras de la provincia de Ciudad Real. Su presencia en el parque móvil es más que residual, apenas del 0,02 por ciento del total. Según los datos de Tráfico, en la provincia existen en la actualidad 393.843 vehículos, y de esa cifra sólo 110 son eléctricos, es decir, dos de cada 10.000 vehículos registrados en Ciudad Real. De hecho, por cada coche eléctrico matriculado en territorio ciudadrealeño hay 2.143 vehículos propulsados por diésel y 1.372 de gasolina.

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