Con una formación clásica, batería, bajo y él a la guitarra, fueron sonando su repertorio sin apenas interrupciones, salvo para recordar al final el tiempo que hacía que no tocaba en la capital. Fue un concierto casi en dos partes, con un final en el que sonaron todos sus éxitos y que puso el broche final a una noche de rock que reunió a público de todas las edades y de varias generaciones