Monseñor Melgar ha abogado durante su homilía por seguir «el ejemplo de la Madre de Dios» a la que estos días de celebración hay que volver la mirada «llena de cariño» para recibir «una lección de vida austera y de plena condición creyente». Tras la misa y la plegaria, y ante la presencia en los primeros bancos de las autoridades, la Dulcinea y sus damas han realizado la tradicional ofrenda floral