No sería la primera vez que una propuesta que se supone descabellada se convierte en una patada en una puerta cerrada que abre una vía para entrar al fondo de una cuestión que necesita ser tratada desde hace tiempo. Algo así ha supuesto para el pequeño comercio la propuesta de Pilar del Olmo, consejera de Economía de Castilla y León, en la Conferencia Sectorial del Comercio, donde propuso generalizar el cobro por parte de los establecimientos a aquellos clientes que decidan probarse ropa y otros artículos de textil en las tiendas. Detrás de ese sonado titular llegaron las proclamas de un sector que no descarta acudir a medidas tan llamativas para tratar de ganar una batalla, la que libra por su supervivencia contra las grandes superficies y las ventas en internet, que por el momento está perdiendo.

«No sé si habrá que llegar a esa medida, pero es cierto que ahora mismo el pequeño comercio está pasando por una situación muy crítica, quizá la peor de toda su historia». Quien habla es León J. García, responsable de la sectorial de comercio en la Federación Empresarial de Ciudad Real (Fecir), que reconoce que hoy día estos establecimientos libran una batalla desigual «contra las multinacionales, las compras a través de internet y el top manta». Y asegura que la práctica a la que la medida verbalizada por la política castellano y leonesa hace referencia a una realidad. «Hay gente que se prueba una prenda en una tienda del pequeño comercio y luego, conociendo la talla, acude a internet a comprarla», un perjuicio «muy grave para el sector», lamenta.

Esta situación, dice García, obliga a la apertura de un debate «en todas las esferas: provincial, regional y nacional», a través del cual articular «medidas de rescate para el pequeño comercio, porque como sigamos así no le vemos futuro». Para muestra, más de un botón. «No hay más que ver lo que sucede en la capital, en Ciudad Real; la cantidad de comercios que cierran y la cantidad de locales que están vacíos porque la situación es insostenible», afirma el presidente de la patronal provincial de comercio, que cree que propuestas como la de cobrar por probarse las prendas «son buenas si sirven para abrir el debate sobre el sector».