Los cuatro astados saltaron al albero a la una del mediodía y el encierro tuvo una duración aproximada de una hora y cuarto. Durante este tiempo, decenas de participantes corrieron delante de los toros a lo largo del recorrido. El momento más tenso se produjo ante la Casa de la Marquesa, cuando un joven se golpeó con una barrera protectora, siendo atendido en el mismo lugar.