Una vez que se ganaba su confianza, indicaba que era responsable de varias negocios de joyería, pidiéndoles a las víctimas las joyas que portaban encima con el pretexto de hacerles fotos en un taller cercano para un catálogo de joyas. Después de dar una vuelta en coche con las perjudicadas y una vez tenía las joyas en su poder, se daba a la fuga.