La huella de Vox en la política local

A. Criado
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Jesús Felipe Sánchez-Crespo, el único concejal de Vox en la provincia de Ciudad Real, pide respeto para lo que vota la gente y califica al líder nacional de Podemos de «impresentable»

El concejal de Vox en Villarrubia de los Ojos, Jesús Felipe Sánchez-Crespo. - Foto: Tomás Fernández de Moya

El multitudinario acto celebrado en octubre en el Palacio de Vistalegre y, sobre todo, el espectacular resultado obtenido en las elecciones andaluzas, con 12 diputados, ha situado a Vox en el centro de escena política española. En Ciudad Real, el partido de Santiago Abascal tiene ya representación en las instituciones, en concreto, en el Ayuntamiento de Villarrubia de los Ojos. Jesús Felipe Sánchez-Crespo, de 64 años de edad, casado y padre de dos hijos, se convirtió en el primer concejal de esta formación en la provincia en 2015.

Entró en el Ayuntamiento gracias a los 289 votos (el 5,18 por ciento) obtenidos por Vox, comicios en los que su partido sólo presentó candidaturas en esta localidad y en Ciudad Real capital. La formación presidida por Abascal logró poco más de un millar votos en Ciudad Real, convirtiéndose en la décima fuerza política de la provincia con el 0,37 por ciento de los sufragios.

En Villarrubia de los Ojos, su pacto con el Partido Popular sirvió para que la popular Encarnación Medina repitiera como alcaldesa en una Corporación municipal que también cuenta con representantes del PSOE y Ucin. Sánchez-Crespo ostenta la primera tenencia de alcaldía, pero no está al frente de ninguna Concejalía. Asegura que su relación con los populares es buena y de colaboración «para lograr cosas beneficiosas para mi pueblo».En el último pleno, además de congelar impuestos y tasas y modificar la ordenanza de Venta Ambulante, para reflejar la nueva ubicación del mercadillo, PP y Vox presentaron una moción para apoyar los símbolos del Estado, la unidad española y, en especial, la Constitución Española y su salvaguarda, así como la defensa del Estado Social y Democrático de Derecho, la Monarquía Parlamentaria, la legalidad y la igualdad de todos los españoles.

«No tener miedo y trabajar» son para Sánchez-Crespo las claves del éxito de Vox, al que se afilió hace años convencido de que tenía futuro y porque representa sus convicciones. «Lo fácil hubiera sido afiliarse al PP, al caballo ganador», enfatiza este empleado de banca, «especialmente en un momento muy difícil, porque casi nadie nos conocía antes del boom de Vistalegre y Andalucía». Para el concejal de Vox, «el centro no existe», y subraya que la diferencia de Vox, «un partido de derechas, no de extrema derecha», con Partido Popular y Ciudadanos es «su defensa a ultranza de la unidad de España y la familia».

Repetir como candidato. En este contexto, el dirigente de Vox, que está dispuesto a repetir como candidato en 2019, se congratula de la aprobación de proyectos que iban en su programa y de su influencia en el Ejecutivo, que queda patente con mociones como la aprobada en el pleno de la semana pasada.

A su juicio, otra de las claves de la irrupción de Vox es «decir siempre lo mismo, tener un mismo programa y unas mismas propuestas para todo el país, de Bilbao a Cádiz». Un mensaje que ha calado en Andalucía, donde la candidatura de Francisco Serrano «ha puesto a hervir la cocina del CIS, que sólo nos daba un diputado», logrando un resultado que no esperaban ni los más optimistas. «Estábamos convencidos de que íbamos a entrar en el Parlamento, pero con cuatro, cinco o seis diputados», reconoce Sánchez-Crespo para subrayar que los resultados obedecen «al cabreo político del pueblo andaluz con Pedro Sánchez por su negociación con los independentistas y a la corrupción».

El primer teniente de alcalde en el Ayuntamiento de Villarrubia de los Ojos, que sustituyó a Ricardo Chamorro como presidente provincial de Vox, cargo que actualmente ocupa Casimiro Molina, pide respeto para su formación política, afirmando que «en democracia hay que admitir lo que vota la gente». En este sentido, Sánchez-Crespo afea la reacción del líder de Podemos, Pablo Iglesias, al que califica de «impresentable» y acusa de no ser un demócrata. Cuestionado por un posible pacto de derechas para favorecer un cambio de gobierno en Andalucía, sostiene que si éste finalmente no llega, «será malo para Partido Popular y Ciudadanos, ya que son ellos los que tienen la pelota en el tejado».