A los de Casimiro, que por segundo año volvía a su localidad para disputar este trofeo que lleva su nombre, les costó entrar en el partido, lo que a los de Aíto García Reneses les bastaba para lograr mandar en el electrónico del pabellón Antonio Rivilla, lleno con unos 1.250 espectadores. Al final del partido se tributó un homenaje a Luis Casimiro, que recibió innumerables muestras de cariño