La Guardia Civil de Tráfico ha intensificado la vigilancia en cien kilómetros del N-430, entre Ciudad Real capital y el límite con la provincia de Badajoz para poner freno a los accidentes mortales que se han incrementado el pasado año por velocidad inadecuada en una carretera que soporta mucho tráfico pesado, con un trazado sinuoso y un firme parcheado y con grietas.