Según la sentencia, se considera probado que en septiembre de 2014 el acusado aprovechó que la niña estaba sola en un banco, mientras esperaba a su madre, para dirigirse a ella con frases como que "se fuera con él a su casa", que "estaba allí para lo que necesitase", que "le ponía cachondo" o que "le gustaba". El acusado, después, le agarró del brazo, lamiéndole la cara y tocándole el pecho.