La parte central del mes de abril, cuando este año se celebra la Semana Santa, suele venir marcado por una gran variabilidad climática, como corresponde a la primavera ciudadrealeña, con termómetros que han oscilado desde los invernales tres grados bajo cero de mínima del año 1986 hasta los veraniegos 31,1 grados centígrados de 2014 y ha llovido, además, en una media de tres a cuatro días.