La consejera ha recalcado que «no negamos el agua otras regiones, entendemos las necesidades de los regantes», aunque ha incidido en la necesidad de que «en una democracia se escuche a Castilla-La Mancha, se tengan en cuenta sus reclamaciones» y «se evalúe esta infraestructura para aminorar la presión sobre la cabecera del Tajo» y «mejorar su estado medioambiental porque es lamentable».