Solo hubo que esperar una jornada para comprobar qué es lo que realmente desea Lionel Messi esta temporada: volver a reinar en la Champions. 

El ‘astro’ de Rosario deslumbró el pasado martes con un demoledor ‘hat-trick’ ante el PSV Eindhoven, que se marchó del Camp Nou con un 4-0 en contra después de haber ofrecido una seria resistencia durante una hora. Pero Messi desató su furia y todo acabó. Le ayudó un Ousmane Dembélé que en estos momentos es su mejor aliado en la delantera culé. 

Fue el octavo triplete del argentino en el torneo, un récord, y llegó tras desplegar un amplio repertorio: un magistral lanzamiento de falta directa cuando los holandeses generaban más peligro, un prodigioso golpeo en el segundo y una definición impecable en el tercero.