El museo pasa de las 600.000 visitas

Diego Farto
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La infraestructura cultural alcanza la cifra desde 1982 y a pesar de haber estado cerrada durante nueve años en dos etapas diferentes

El Museo de Ciudad Real alcanzó en los primeros días de mayo la cifra de 100.000 visitantes desde su reapertura en septiembre de 2013. En esas fechas el personal de la institución cultural estaba enfrascado en los preparativos de la exposición La Ostentación del poder. Metalurgia en la Prehistoria y la Protohistoria, por lo que no se prestó atención a la cifra. Este dato también implica que en conjunto, desde la inauguración del edificio de la calle del Prado en 1982, han pasado por sus instalaciones más de 600.000 personas, según los datos aportados por el actual director, José Ignacio de la Torre. El último año con datos completos, el de 2015, se cerró con 41.000 visitantes.

Aunque este ritmo es muy superior al que se registraba antes del cierre de las instalaciones de 2007, cuando los picos más altos de afluencia rebasaban las 30.000, De la Torre subraya varios elementos a favor de la época actual, como que «un tercio aproximado de las visitas son de escolares que vienen en visitas concertadas con el gabinete didáctico», mientras que la Asociación de Amigos del Museo «mueven entre 3.500 y 4.000 personas por año» con sus actividades.

El museo formalmente se fundó en 1976 pero sin edificio. A pesar de ello, bajo la dirección de Rafael García Serrano, tuvo una intensa actividad por medio de ciclos de conferencias, exposiciones, proyecciones de cine y presentaciones literarias, y otras actividades en locales prestados por otras instituciones. Sólo entre 1975 y 1977, se realizaron más de 60 actividades con el objeto de dar a conocer su existencia. De la Torre subraya la paradoja de que poco después de inaugurar el edificio en 1982, su entonces director, recibió un nuevo destino, por lo que «disfrutó muy poco de lo que había conseguido».

El primer proyecto incluía tres colecciones, las dos actuales, de Bellas Artes y de Arqueología y Paleontología, y una tercera de etnografía que nunca se llegó a formar.

Le sucedió Alfonso Caballero Klink que inició una de las etapas más destacadas, con grandes exposiciones . Una de las principales aportaciones de este periodo fue la edición de la revista Oretum, ya desaparecida, de carácter anual y dedicada a analizar los hallazgos que se realizaban en los yacimientos de la provincia, impulsados por su traspaso a la Junta.

El periodo también estuvo marcado por los problemas que iban apareciendo en el edificio, que se cerró por primera vez por obras de julio de 1993 a febrero de 1995. La reapertura llegó justo a tiempo para uno de sus grandes hitos, la conmemoración del VII Centenario de la Batalla de Alarcos con una gran exposición que dejó 11.000 visitantes en los meses de abril y mayo. 

La mayor parte de lo que va del siglo XXI, se pasó bajo el mandato de Manuel Osuna, quien realizó varios proyectos, pero que se vio condicionado por el cierre en 2007 para realizar reparaciones. Lo que en principio era ‘cosa de semanas’, se convirtió en siete años que sólo se alivió al final por el uso del Convento de la Merced como sede de exposiciones, aunque todavía no era parte formal del museo.

Desde septiembre de 2013, con la reapertura de la sede de la calle del Prado, las cifras de visitantes van al alza, tanto por  los que acuden a ver las colecciones y las exposiciones de arte en La Merced, como por los atraídos por la antropología y paleontología que tiene su sitio en el edificio reabierto.