La situación no sólo es de «preocupación» por la escasez actual que se sufre, sino también por las perspectivas que se dibujan para el futuro en una tierra que, aunque acostumbrada a los ciclos de sequía, ve en la falta de agua el principal escollo para el desarrollo de una agricultura profesional y que genera riqueza, en concreto, 924,7 millones del PIB provincial procedían de esta actividad