Díaz castiga a su exsocio

SPC
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La presidenta de la Junta ningunea al candidato de Ciudadanos, Juan Marín, y centra sus ataques en Albert Rivera, para señalar que votar a los liberales equivale a hacerlo a los populares

Se acabaron las buenas maneras y los compromisos de Susana Díaz de llevar a cabo una campaña limpia. Quizás los últimos trackings -miniencuestas- internos del PSOE-A, que son diarios, aconsejan que haya que castigar con saña a Ciudadanos, su fiel socio durante más de tres años. Así, la presidenta de la Junta de Andalucía advirtió que quien vote a Ciudadanos es «para que gobierne» el PP-A, señalando, además, que los socialistas no necesitan ir a ningún notario -como hizo Juanma Moreno el día anterior- porque «cuando damos nuestra palabra, la cumplimos». 

De esta forma, se refirió a las palabras del presidente nacional de Cs, Albert Rivera, en las que señalaba que si en las elecciones regionales hay un «solo escaño más de cambio, habrá cambio». 

Para la dirigente progresista, los «nervios» de algunos en las primeras horas de la campaña han hecho que se empiecen a quitar «las caretas», como Albert Rivera, que ha pasado por «varias etapas»: «De decir que Cs venía a garantizar la gobernabilidad a decir que si cuentan con un escaño más quitamos a Susana Díaz y al PSOE-A». En este sentido, la sevillana alertó que quien vote a los naranjas «es para que gobierne el PP».

Mientras, el candidato liberal, Juan Marín, que estuvo arropado por Inés Arrimadas y su líder, anunció que, en sus primeros 100 días «al frente de la Junta de Andalucía» tras las elecciones autonómicas del próximo 2 de diciembre, eliminará «todas las fundaciones fantasmas que el PSOE ha creado en 40 años», y destinará ese dinero a sanidad, educación y políticas sociales. 

Para el sanluqueño, «el PSOE y el PP nos han hecho perder demasiado tiempo y haciendo exactamente lo mismo». «Los socialistas han tejido una red clientelar, chiringuitos y capitalismo de amiguetes para decirnos que no se puede hacer otra cosa». Frente a esto, garantizó que «la resignación no es una opción» para su partido, para luego adelantar que «la gente no va a ir a votar con el miedo que el PSOE quiere meterle».  

A su lado, Arrimadas, que se mofó de que en los carteles de Díaz no aparezca el logo de su formación, pidió que «no se confunda el acento andaluz con el del PSOE», añadiendo que no van a consentir «que digan que ser andaluz es ser del Partido Socialista». «La gente que nos fuimos jamás dejamos de serlo».

Mientras, el aspirante del PP-A, Juanma Moreno, advirtió de la existencia de «voto oculto» en la comunidad, que no aparece en las encuestas, causado en muchas ocasiones por las «presiones» por parte de alcaldes y otros cargos socialistas en pueblos del interior que ejercen como «verdaderos caudillos».